Incongruencias presupuestarias
Una mirada a los proyectos de presupuesto aprobados por el Congreso Nacional en los últimos cinco años, incluido el de 2012, permite observar grandes incongruencias en la distribución de los gastos.
Algunos ejemplos: La Cámara de Cuentas, órgano llamado a fiscalizar y velar por el buen manejo de los recursos del Estado tanto en instituciones públicas como privadas, lleva los últimos cinco años con la misma asignación de RD$423.8 millones. Ni más ni menos. No importa la variación anual y el crecimiento que registra el producto interno bruto (PIB).
El Poder Judicial, encargado de velar por la justicia en los tribunales de todo el país, con más de 600 jueces y la necesidad de igual cantidad, la mayoría sin servicios de seguridad, a pesar de la delicadeza de los casos, lleva los últimos cinco años con una partida presupuestaria que no pasa de RD$3,700 millones.
El Ministerio de Turismo, sector que en los últimos años se ha convertido en el principal generador de divisas y de empleos, además de motor de la economía nacional, lleva más de cinco años con una partida presupuestaria que apenas promedia los RD$1,000 millones.
Sin embargo, la Presidencia de la República, donde se agrupan partidas para un número extraordinario de instituciones que ya no tienen razón de ser y que muchas ni siquiera se sabe que existen, se asignó en el año 2010 un total de RD$43,227 millones, mientras que este año bajó a RD$36,820 millones, y para 2012 volvió a aumentarse a RD$45,011 millones.
¿Por qué varía tanto la partida de la Presidencia de un año a otro, que baja y sube entre RD$8,000 y RD$10,000 millones, si sus actividades y la de los órganos que dirige son prácticamente invariables.
Llama la atención el hecho de que la partida de la Presidencia siempre es más alta en los años pares (2004, 2006, 2008, 2010, 2012). Lo pueden revisar y comprobarlo. ¿Tendrá eso alguna relación con el hecho de que esos años son electorales?
Otra incongruencia. Los presupuestos de los ministerios de la Mujer, de la Juventud, de Administración Pública, de la Cámara de Cuentas, y de los tribunales Constitucional y Superior Electoral, son todos más bajos que el del Despacho de la Primera Dama.
[email protected]