La era de los «súper equipos» golpea la puerta

El Barcelona debutó en la liga española con el mismo paso aplastante que mostró la temporada pasada, sobre todo en su primera mitad.

El Barcelona debutó en la liga española con el mismo paso aplastante que mostró la temporada pasada, sobre todo en su primera mitad.

No importó que enfrente estuviera el Villarreal, que disputa la Liga de Campeones tras terminar cuarto el campeonato pasado: el tricampeón se paseó el lunes por el césped del Camp Nou y tanto el consagrado Lionel Messi como los nuevos Alexis Sánchez, Cesc Fábregas y Thiago Alcántara hicieron leña del árbol caído en la goleada por 5-0.

Mientras le seguía el paso a su archirrival Real Madrid —que ganó 6-0 en su visita al Zaragoza de Javier Aguirre_, el Barsa confirmó que la liga española 2010-11 volverá a ser un asunto de dos: a Valencia, Sevilla, Villarreal o Athletic de Bilbao les queda pelear por las migajas de la clasificación a Europa.

«Estamos en la misma liga y parecía que no teníamos ningún argumento», dijo el mexicano Aguirre tras la paliza del domingo ante los de José Mourinho.

Lo triste es que estos lamentos son cada vez más comunes y no sólo en España. Los resultados de las ligas europeas este fin de semana parecen marcar la emergencia de una nueva casta de «súper clubes», para quienes la verdadera competencia comenzaría cada año más o menos en febrero, en octavos de final de la Liga de Campeones.

A nivel nacional o internacional, parece difícil que alguien les presente batalla antes.

Horas antes del triplete de Cristiano Ronaldo en La Romareda, los equipos de Manchester propinaron a los del norte de Londres goleadas desmesuradas, no sólo por la cantidad de tantos sino —aquí también— por la calidad de los equipos que hicieron de víctimas.

Que el Manchester United haga muchos goles no es novedad. En la liga pasada, marcó cuatro goles o más en cinco partidos de liga, incluido un 7-1 al Blackburn. Pero que le haga ocho al Arsenal, tercero en la historia del fútbol inglés con 13 campeonatos, es otra cosa.

Los Gunners no sufrían algo así desde fines del siglo XIX y quedaron tan avergonzados que le regalarán entradas a cada hincha que los acompañó hasta Old Trafford para vivir semejante humillación.

«No creo que ningún equipo vaya a meterle ocho goles al Arsenal otra vez», dijo el delantero del United Wayne Rooney, autor de un triplete.

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