Detención temprana

ATLANTA (AP) — Sólo cerca de la mitad de las adolescentes en Estados Unidos se ha puesto una polémica vacuna contra el cáncer…

ATLANTA (AP) — Sólo cerca de la mitad de las adolescentes en Estados Unidos se ha puesto una polémica vacuna contra el cáncer de cuello uterino, una tasa muy por debajo de las de otras dos vacunas destinadas a adolescentes.

La vacuna llegó al mercado en 2006. Para 2010, sólo el 49% de las niñas se había puesto al menos la primera de las tres dosis recomendadas para el virus de papiloma humano, o VPH, un virus de transmisión sexual que puede causar cáncer cervical (también conocido como cáncer de cuello uterino) y verrugas genitales. Sólo un tercio había recibido las tres dosis, dijeron el jueves los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, o CDC por sus siglas en inglés.

Por el contrario, cerca de dos terceras partes de las adolescentes se había puesto la inyección recomendada para un tipo de meningitis bacteriana y otras para la meningitis y el tétano, la difteria y la tos ferina.

Por supuesto, puede tomar varios años para que una nueva vacuna gane popularidad y alcance el rango por encima del 90% de muchas vacunas infantiles que llevan muchos años. Pero el uso de la vacuna contra el VPH ha sido «muy decepcionante» en comparación con otras vacunas más nuevas, dijo la doctora de los CDC Melinda Wharton.

«Si no mejoramos en grande, vamos a dejar otra generación vulnerable al cáncer cervical», dijo Wharton.

¿Por qué más adolescentes no se ponen las vacunas contra el VPH? La vacuna puede ser muy costosa, y puede ser un poco complicada. Se necesitan tres visitas al médico durante seis meses.

Pero el sexo sin duda tiene algo que ver, dijeron los expertos.

Las niñas deben comenzar con la serie cuando tienen 11 o 12 años, antes de la edad en que la mayoría de las adolescentes comienzan a ser sexualmente activas. La vacuna sólo funciona si una niña es vacunada antes de la primera exposición al virus.

Pero algunos padres pueden entender mal las indicaciones, al pensar que sus hijas no la necesitan a una edad tan temprana, ya que no son sexualmente activas. Otros pueden creer que sería necesaria una discusión sobre el sexo y la sexualidad, una conversación para la cual quizás no se sienten listos, según algunos expertos.

El nuevo estudio se basa en entrevistas telefónicas hechas en 2010 a los padres de más de 19.000 adolescentes de entre 13 y 17 años.

 

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