El verano siempre tiene “fiestecitas” y detrás de ellas sus secretos

Llegó el verano para alargar los días, poner las cosas más “calienticas”,  activar las energías, reflejar…

Llegó el verano para alargar los días, poner las cosas más “calienticas”,  activar las energías, reflejar más la alegría e introducir en las mentes: sol, playa, bonches y diversión, es por esto que personalidades como Marianne Cruz, Raymond Moreta y Milton Cordero cariñosamente “Lechuga”  nos revelan su “travesura” veraniega más loca, pues hasta el día de hoy disfrutan cuando la recuerdan.

Marianne Cruz

“Una vez e un verano salí de fiesta con un grupo de amigos en México. No me di cuenta en qué momento ellos tomaron cócteles de mas (o yo de menos), pero al salir del establecimiento todos empezamos a pelear por la llave del carro del amigo que nos devolvería a cada uno a nuestros respectivos hogares. Pues al final de la pelea yo gané, pues terminé conduciendo por las calles desconocidas del DF y cumpliendo con la tarea de ir adivinando dónde vivían mis compañeros de estudios porque ellos decían que todavía la noche era joven… Ahora me río… y repito ¡Pero que nochecita! y en conclusión: recuerden tomar con precaución, para que no se vean en esta situación».

 

Raymond Moreta

“En el verano de 2008 me invitaron junto a otros medios a dar cobertura de un concierto por la apertura de un complejo turístico en Puerto Plata. En la tarde entrevistamos al artista, luego nos dieron un tour para conocer las instalaciones del hotel y esto sumado al viaje desde Santo Domingo en la mañana me dejó un poco agotado. Uno de los colegas estaba literalmente activa’o y me dijo “Loco, ahora a cenar, a cambiarse y pa’ la discoteca a ver qué se nos pega”. Después de tanto rogarme, con poco entusiasmo fui y  apenas entré y cual Sanky Panky consagrado una jeva bellísima de New Jersey me puso conversación. Con un inglés “machucao” y casi sin entender lo que me decía me atreví a seguir conversando, bailando y (…) no más detalles. A la mañana siguiente fui el tema de conversación de todos mis compañeros, pero lo cómico es que en la noche siguiente estaba “en pila y me arranque pa´ la disco, pero fui el más invisible de toda la galaxia. ¡No se me pegó ni un chicle en el zapato! Mucho menos una gringa, ni dominicana, ni china ni Japonesa. Nada. A la 1:00 am aborté sin éxito la misión. ¿Moraleja? El que sale predispuesto “a ligar” se va en blanco. No “Hagan Cocote” y disfrutarán su noche”.

 

 

Milton Cordero (Lechuga)

He vivido tantas pero esta es la que más me ha chocado: “Un verano estaba trabajando con Marlboro en Santiago desde las 7 de la mañana, llegó yo a mi casa como a eso de las 3 de la mañana, no hay ni que mencionar mi estado físico y de ánimo, pues estaba “explotao”. Solo hago yo entrar a mi sala cuando suena el teléfono: René Brea llamando, para decirme –mira a las 4 te quiero en mi oficina– y yo pero… ¿cómo así? si acabo de llegar, pero “donde manda capitán, no manda marinero” y sin pegar un ojo me tuve que ir a la oficina, y llego yo con esta cara de “aburrió” y con pique que no hable con nadie, Pamela Sued me secundo, porque estaba en mi mismo estado y nosotros ahí con nuestra truño. Luego nos montamos en la guagua y no sé qué fue lo que nos pasó a Pamela y a mí, pero no nos sentamos ni nos callamos más, nos volvimos en un segundo el alma de la fiesta y teníamos un energía y de allí pa´ca con una bailadera, a esto, todo el mundo estaba sorprendido, y diciéndonos – ustedes no estaban disque quillados y míralos ahora y ¿ese cambio?- Lo divertido fue que ese día parecíamos dos bipolares, pero no nos importo y gozamos nuestro bonche”.   

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