Ya lo hemos manifestado anteriormente. Nos alegra sobremanera que en el país se estén presentando conciertos y obras de teatro que ayuden elevar el nivel cultural de los dominicanos. Muestra de ello fue la vivido la noche de ayer jueves en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, con la presentación de la tan aclamada ópera italiana: Cavalleria Rusticana (en español Nobleza rústica).
Su función inaugural fue el 17 de mayo de 1890 en el Teatro Constanzi de Roma, y gracias al 35 aniversario del Teatro Nacional, se presentó este clásico de clásicos en suelo criollo, con una asistencia masiva por parte de los amantes de la buena música, como popularmente se le conoce.
La participación del tenor Eduardo Villa, la soprano Cynthia Lawrence y el barítono Jason Stearns, afamados solistas procedentes del Metropolitan Opera House y otros importantes escenarios mundiales, aseguraron una noche plena de grandes emociones y de óptima calidad interpretativa, cuyo elenco estuvo complementado con las cantantes líricas dominicanas Pura Tayson (mezzosoprano) y Glenmer Pérez (contralto), quienes estuvieron bajo la batuta de nuestro querido José Antonio Molina con la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Nacional y el Coro del Poder Judicial.
Los fragmentos mas destacados que se pudieron apreciar durante la velada fueron el famoso Intermezzo instrumental, el cual se ha visto enormemente reforzado por su inclusión en la película «El Padrino III»; y la oración Regina Coeli Laetare. Como números de cantantes solistas se destacaron el O Lola cantado en siciliano y también el Brindisi cantado por Eduado Villa.
Cabe resaltar que dicha presentación fue la versión concierto de la Cavalleria; constó de un acto, y duró tan sólo 1:10 horas.
Una noche donde seguramente a cada uno de los presentes se les erizó la piel en más de una ocasión, y no es para menos: Cavalleria Rusticana es una de las producciones operísticas de mayor relieve y atractivo en el campo operístico universal.
Por si no lo sabias, esta ópera fue la primera presentada en el país, a principio de los años sesenta; por lo que constituye un indudable acierto de la actual Dirección General del Teatro Nacional, haberla presentado nueva vez por motivo de su 35 aniversario.
Sin dudas fue una gran oportunidad para todos los amantes del arte musical, pues hace años que en nuestro país no se presentan producciones de gran atractivo a nivel mundial, por lo que este espectáculo de alta calidad artística ha creado un nuevo momento en nuestra vida cultural.
Desde Bureo les extendemos nuestras más sinceras felicitaciones al Maestro José Antonio Molina, a Niní Cáffaro y a la Fundación Amigos del Teatro, por laborar con tanto entusiasmo en esta producción.
