Un papá de cine

Siempre hablamos de las madres y lo que serían capaces de hacer por nosotros, pero lo ¿y los padres? ¿Acaso no hay muchos que…

Siempre hablamos de las madres y lo que serían capaces de hacer por nosotros, pero lo ¿y los padres? ¿Acaso no hay muchos que serían capaces de inventar historias fantásticas para que no vivamos la cruda realidad?

En este día tan especial, te proponemos algunas películas con padres que fueron capaces de hasta vender su propia sangre, cruzar un océano completo o llegar a los tribunales sólo por el bienestar de sus hijos. Como la gasolina parecer querer estropear los planes del Día de los Padres, ve a la tienda de video más cercana, alquila una o dos, cocina algo rico para papá y disfruten juntos de tu selección.

Él merece de tus horas aunque el combustible llegue a 300 pesos, algunas te harán reír, otras llorar y inevitablemente, todas te dejarán con la sensación de salir a abrazar a ese hombre que para el que no hubo “peros” con tal de que fueras el ser que eres hoy.

La vida es bella: a quién no lo mató esta dramática comedia de Roberto Benigni, esas emociones encontradas entre la risa y las lágrimas. La historia es narrada unos años antes de que comience la Segunda Guerra Mundial, un joven llamado Guido llega a una ciudad de la Toscana (Arezzo) con la intención de abrir una librería. Allí conoce a Dora y, a pesar de que es la prometida del fascista Ferruccio, se casa con ella y tiene un hijo. Al estallar la guerra, los tres son internados en un campo de exterminio, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego.

Yo soy Sam: la cinta que lazó a Dakota Fanning, es un conmovedor drama en el que Sean Penn da vida a Sam, un deficiente mental que deberá luchar en los tribunales para conservar la custodia de su pequeña hija, ya que el Estado considera que no está capacitado para hacerse cargo de su educación. Una prestigiosa abogada interpretada por Michelle Pfeiffer es la encargada de su defensa, cuyo desinterés y frialdad inicial cambiarán tras descubrir el amor que siente Sam por su hija.

Buscando a Nemo: todos enloquecimos con este pececito, Nemo, que es hijo único, muy querido y protegido por su padre. Después de ser capturado en un arrecife australiano va a parar a la pecera de la oficina de un dentista de Sidney. Su tímido padre emprende una peligrosa aventura para rescatarlo. Pero Nemo y sus nuevos amigos tienen también un astuto plan para escapar de la pecera y volver al mar.

Mrs. Doubtfire: Willams es padre y esposo. Sus hijos lo consideran un padre maravilloso, pero su mujer está cansada de que se comporte como si también él fuera un niño. Tras un accidentado divorcio, aunque lucha con todas sus fuerzas para conseguir la custodia de los niños, el juez no se la concede. Decide entonces hacerse pasar por una señora mayor, Mrs. Doubtfire, para poder ser, al menos, la canguro de sus hijos.

En búsqueda de la felicidad: Chris Gardner (Will Smith) es un vendedor brillante y con talento, pero su empleo no le permite cubrir sus necesidades más básicas. Tanto es así que acaban echándolo, junto a su hijo de cinco años (Jaden Smith), de su piso de San Francisco, y ambos no tienen ningún lugar al que ir. Es enternecedor lo que el padre hace por su hijo. Cuando Gardner consigue hacer unas prácticas en una prestigiosa correduría de bolsa, los dos protagonistas tendrán que afrontar muchas adversidades parar hacer realidad su sueño de una vida mejor.

El padre de la novia: George Banks es un hombre maduro, pero de espíritu joven, que no acaba de aceptar que su hija de 22 años, para él todavía una niña, se vaya a casar. Aunque todos creen que el novio es un chico estupendo, esto le convierte en su enemigo por miedo a perder a su pequeña para siempre. Eso por no hablar del costo de la boda. Hay dos versiones, una de 1950 dirigida por Vicente Minnelli y la otra de 1991 por Charles Shye.

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