¿Sacas partido a tu clóset?

Mueves las perchas de un lado a otro, “esto no”, “esto está pasado de moda”, “eso no me sirve”, en fin, decidiste…

Mueves las perchas de un lado a otro, “esto no”, “esto está pasado de moda”, “eso no me sirve”, en fin, decidiste no salir porque definitivamente “estás encuera”.

El asunto no es que no tienes ropa a pesar de tener el closet lleno, el problema está en que muchas veces se compran las prendas por impulso, sin pensar en lo que verdaderamente se necesita. El truco está en organizarse a la hora de salir de compras y hacer un listado de las piezas que faltan en tu armario y con la que puedes crear varias combinaciones.

Pero no sólo pasa acá, un estudio realizado por QVC en el Reino Unido, ofreció como resultado que en promedio las mujeres no usaban 22 de las prendas que tienen guardadas en el closet, pero sin embargo tampoco quieren regalarlas. Los hombres tampoco lo hacen tan bien, porque su promedio es de 19 prendas por closet.

En números de UK de cada 2.5 millones de dólares, que se compran en ropa, 500 se usan en prendas que quedaran en el closet sin ser usadas. Casi la mitad de las mujeres admitieron comprar por impulso sin pensar si lo que estaban comprando lo iban a usar o no.

Debes atreverte, preparar una lonchera con comestibles que te servirán de municiones cuando te sumerjas en tu armario, a pelear por espacio. Es bueno que dispongas de tiempo y que tengas un espejo cerca, pruébate la ropa que hace tiempo no usas y la que nunca has estrenado, crea combinaciones nuevas, revisa si con algún accesorio aquella prenda anticuada ahora puede resucitar.

Lo de hacer una lista con lo que necesitas al momento de comprar puede ayudarte mucho aunque no lo creas, porque tu debilidad pueden ser los zapatos, los jeans, pero tal vez lo que necesitas en ese momento son faldas, blusas, chaquetas. Además, si tienes inventariado tu armario, cuando estés en las tiendas, podrás llevar sólo aquellas prendas que mentalmente ya habrás combinado.

Aquellas piezas que sabes que no usarás, que no te sirven o que simplemente no sabes por qué las compraste si no van contigo, puedes venderlas o donarlas a un lugar o una persona que sabes que lo agradecerá.

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