Ni apto para niños ni probablemente mujeres emparejadas, pues de seguro muchos novios, esposos y demás allegados masculinos se encuentran celosos y «chispeando», y las damas pidiendo “cacao” después de la noche del 30 de junio. Y es que el show de los Chippendales rompió con las expectativas, y también dejó a algunas diciendo: «¿Y eso era todo?».
El evento, que tuvo una escenografía cargada de color y contraste, inició con la participación del comediante Carlos Sánchez, para entretener a las mujeres que se encontraban presentes, y ansiosas por ver a los “Chippendales” en escena.
Hasta que la hora llegó: “Hello Ladies!”, “¿Are you ready for the Chippendales?’’, y a coro las chicas gritaban: «Sí», o, «Yes», en una mezcla de «spanglish», combinado con la alegría y diversión que se vivió, para darle un toque hormonas con corpulentos cuerpos, constantes movimientos y poca ropa que caracterizó la puesta en escena de los «dancers» masculinos más famoso del mundo, denominada como «The Ultimate Girls Night Out».
Durante más de dos horas los sensuales y “atractivos” Chippendales demostraron porque son deseados por las mujeres. De que hacen bien su trabajo lo hacen, pero como canta el dicho: “Lo mucho hasta Dios lo ve”, y luego de varias caracterizaciones, lograron cansar, aunque algunas daban lo hasta lo que no tenían para que continuara.
Son multifacéticos y no hay duda, pues habían hombres para todos los gustos, colores y sabores de las dominicanas, y si no pregúntenle a la que “dio cátedra” de cómo poner un preservativo en pleno escenario. Desde constructores y carpinteros, hasta meseros, doctores y vaqueros que calentaron los motores e hicieron a más de una gritar, llorar y desesperarse.
Fueron varias las «afortunadas» y las que no durmieron anoche, pues el escenario aparte de las figuras masculinas, se adornó en ocasiones con presencia femenina. Mujeres entre los 20 y 40 años largos fueron las seleccionadas, quienes se «apiadaron» con los artistas de la sensualidad y en buen dominicano, se dejaron «manosear» y hasta «manosearon» más de lo debido (exceptuando algunas que en ocasiones mantuvieron el control).
Y he aquí la sugerencia: supuestas damas, hay que medirse. Porque si bien es cierto que en República Dominicana hay Pablo Piddy y Fausto Mata por «pipá», no menos cierto es que no hay que dejar que el mundo lo sepa… Es aconsejable y se puede disfrutar de estos espectáculos llenos de testosterona con picardía, disimúlo y pudor.
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