La cocina internacional recoge toda la gastronomía del mundo y la reduce a un menú simple, sabroso, variado y sin duda alguna, completo. ¿Pero qué hay con la comida de los restaurantes locales? Esa es la pregunta que he venido haciéndome y la que, por cierto, me ha abierto el apetito a las críticas para ayudarlos a ustedes y ayudar constructivamente a los lugares que la ofrecen ¡así que vamos a esto diunavé! 

El primer turno le toca al restaurante Gallo Pinto. Les cuento: como es de costumbre en mi casa, los domingos son los días predilectos para pasearnos por los restaurantes que le dan sazón a nuestra ciudad.  Y, semanas atrás, la pregunta más temida por los miembros de mi familia surgió: “Y hoy, ¿dónde comemos?”. Yo, sin pensarlo dos veces, tiré una sugerencia al aire de ir a probar un lugar relativamente nuevo del cual había escuchado cosas maravillosas. 

Los ánimos de mis compañeros comensales subieron…. así como bajaron al llegar. Al sentarnos en el lugar, y ya con el menú en las manos y pasar páginas a la izquierda, no sé si es que estoy acostumbrada a o qué, me di cuenta que era el menú más corto y menos variado que he visto en mi vida…  ¿Y los precios? ¡Madre mía! Creo que mi familia esa nunca me la perdonarán… 

Y esta fue la reacción: mi papá con un truño; mientras, mi mamá y hermano me echaban miradas de “¡dónde es que nos has traído!”. Traté de aligerar el ambiente con un par de brindis y el buen humor que me destaca (esto último no es cierto). Esperábamos en un lugar un poco informal, impersonal. Demasiadas mesas, poco espacio. Más bien, yo todavía seguía teniendo esperanzas en el lugar. El servicio un poco disperso, pero nos lograron atender.  

Mi padre, ofuscado por “el pique,” ordenó una ensalada César con pollo (y aquí entra mi teoría del dominicano cuadrado culinariamente), mi madre ordenó un Churrasco “al grill”, mi hermano un Ceviche Mahi Mahi y un Tenderloin con Gnocchi y yo, por supuesto, un Risotto de pato confitado y auyama. De postre, pedimos un Pie de Limón y un Pie de Coco…. ambos, decepcionantes. 

Pero como digo una cosa, digo la otra: en cuanto a los platos en sí, la cantidad servida es cuestionable pero la calidad… indiscutible. Todo estaba sabroso. No obstante, los precios son injustificables.  

La fichita: el Restaurante Gallo Pinto se especializa en comida internacional ubicado en la Manuel de Jesús Troncoso, esquina Roberto Pastoriza.
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Calderos geográficos es blog que lleva como concepto todo lo que tiene que ver con gastronomía y recetas. Pero, sobre todo, la degustada por Valerié a lo largo de sus viajes. También sobre críticas a la comida mala… pero no seamos tan diablillos… también para la buena comida; esa, la que pone a pedir más al paladar.

¿Quién es Valérie Defilló?

Nació en plena época de aguacates. Sí, el 19 de noviembre del año 87. Inquieta de naturaleza y amante de los fogones desde pequeña… Encuentra inspiración en la música, el cine, las fotografías y por supuesto, los sabores y colores. Estudió artes culinarias y actualmente se dedica a investigar la gastronomía y cultura de los países del mundo. Ummm… rico. Puedes seguirla en Twitter: @defillovalerie.

 
 

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