Para algunos un chicle puede ser antiestético; para otros, un comestible dulce, elástico, que se manipula con la boca, pero para este artista urbano de 41 años de edad, el chicle equivale a “puro arte”, pues en las calles de Londres, para él, las gomas de mascar marcan una tendencia.
Sin duda alguna, Wilson es un artista diferente que comenzó a experimentar con pinturas sobre chicles en el año 1998. A partir de 2004, se dedicó a presentar estos dibujos a tiempo completo y, hasta ahora, se calculan alrededor de 10,000 obras diferentes. Es decir, que ha pintado esa cantidad de chicles pegados en el asfalto.
¿Cómo le surgió la idea? Por el motivo de alegrar su vecindario llamado Muswell Hill, al norte de Londres, pero su “arte asfáltico” creció y no cesa sólo en estas calles, sino que atraviesa toda Gran Bretaña y algunas ciudades de Europa.
Es que para el británico cada pintura cuenta una historia y trata de humanizar un ambiente urbano que se mantiene anónimo. ¿Lo raro de esto? el pintor no está en búsqueda de un pago y dice que es un regalo al espacio público de su ciudad.
Creando “Street Art” (arte de calle) Ben sólo necesita encontrar chicles en el suelo, tener un buen pulso y poseer uno de sus principales instrumentos, la pintura acrílica.
Si no confiaban en la frase que dice “hasta lo más repulsivo de el arte sigue siendo arte” está es la prueba para no dudar de este dicho. Hasta el chicle más masticado puede ser renovado.
