Pizza Rústica: lo sabroso en un formato atípico

De los cientos de restaurantes “pizzeros’ que funcionan en Santo Domingo, se pueden contar –sin utilizar todos los dedos de las manos-…

De los cientos de restaurantes “pizzeros’ que funcionan en Santo Domingo, se pueden contar –sin utilizar todos los dedos de las manos- los pocos que logran ser verdaderamente exitosos,  que tienen un concepto completamente innovador y que hasta pueden ser un modelo a imitar. Poquitos.

Dentro de esos pocos hay uno que recopiló todos sus “motetitos” en 2010 y por fin abrió; un lugar con olor y estilo propio: ambiente pop, chula informalidad y pizzas sabrosas, livianas, con su propia caja (la mayoría de los lugares usan una cajita general “i”: Insulsa, que dice “Pizza”; gracias) y que le diría “bye-bye, Charlie” a la redondez: Pizza Rústica, en Novo-Centro.
Pertenece a una cadena franquiciataria que en 1996, precisamente en mayo,  abrió sus puertas en la esquina de la calle 9 y Washington en Miami Beach, Florida. Desde entonces, ha sido reconocida – allá-  en impresos como el Miami New Times, Miami SunPost, The Miami Herald, The Wall Street Journal, entre otros; y canales como Food Network, E! Entertainment Television, Fox,  CBS  y CNN; y ya tiene mundialmente 17 puntos.

Faltaba el reconocimiento aquí y, tras un trabajo de todo un equipo catalogar las mejores pizzas en territorio criollo para Bureo impreso, ¡ah! y de en el “prueba y aprueba” abandonar los pantalones tallas pequeñas, llegó el momento para hacerlo. De todos, se coronó en el primer puesto.

¿Qué tiene Pizza Rústica para que se le distinga del resto?  Además de que invaden lenguas en un formato atípico: en formas rectangulares y cuadriculadas en seis pedacitos, lo que hace que pueda ser compartida entre un grupo de amigos que buscan saborear una pizza de calidad, pero no “rodar” de la “jartura”; su salsa de tomate es sin agregado de ácido cítrico, productos químicos o azúcar. Su menú tiene 30 variedades y recetas creativas como la pizza de chocolate; y, definitivamente, su sabor demuestra que del deporte a la pizza hay un paso. Puede ser hambre, antojo, rendimiento a la dieta, poca resistencia… lo que quieras, pero hay un paso. Y con él, el luto termina para los paladares.

Saben la definición de la media masa: ni finita como galletita, ni gorda que termina pareciendo un quipe plano. Jugosa, pero no grasosa. Definitivamente, la de Pollo BBQ  puede hacerte decir  «sólo por esto valió la pena mi venida al mundo”.

La decoración no pasa de sillas de plástico que hacen pensar “esto se armó con un Ikea-zo”, y ni falta que hace.  El que entra lo hace, como perrito faldero, detrás de la pizza. Para pecar. ¿Para pecar? Sí, al final es casi una experiencia de lujuria, en donde la mezcla de masa, queso y salsa se hace tan pecaminosa que es mejor ni describirla en una confesión aunque vuelvan los tiempos de la inquisición.

Si andas imitando al personaje “Flash”, rápido, en el mostrador comprobarás que puedes ser el “delivery” hecho humano. Eso, mientras, puedes ver cómo cuán pasarela de Dominicana Moda, las pizzas se lucen y desfilan ante tus ojos con “vestimenta” de tomate, jamón y  hasta hojas frescas de albahaca. Sin duda, su gama va para probar lo que sea, así tengas un estómago debilucho o de acero. La oferta es amplia y puede seducir hasta barrigas temperamentales.

Para comer bien, con una de sus porciones lo haces. Y su rango de precio también son para armar un escándalo. No necesitas “quinientón” ni a “milonga”. Entre 190 y 290 pesos, con impuestos incluidos, resuelves. Y sin buscar a “Yoryi”.

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