Estamos hablando de cifras millonarias, cifras que sobrepasan las películas extranjeras por un margen de 5 a uno en muchas de las ocasiones. Una película dominicana por lo general factura entre 50 y 80 millones de pesos en la taquilla, pero eso no fue siempre así.

En el año 1987 yo mismo fui víctima del fracaso cuando realice junto a un grupo de amigos mi primera producción, “Trafico de Niños”, una filme dramático que narra una cruda realidad del negocio del rapto de infantes para la venta en adopción en el extranjero. Agliberto Meléndez vivió la misma experiencia con su “Pasaje de Ida” una producción aplaudida en el extranjero por más de 11 festivales de cine que la catalogaron como una película digna de ganar todos esos premios. De nuevo, una producción cruda que retrata una realidad del deseo de dominicanos de arriesgar sus vidas con tal de llegar a los Estados Unidos. Otro fracaso en la taquilla. Y así puedo mencionar muchas más, hasta que llega “Nuevayol” y ese es el gran aporte de nuestro querido y controversial Ángel Muñiz. Los cineastas de la época no dábamos pie con bola con el negocio del cine, perdimos todo, hasta las ganas de seguir produciendo, pero Ángel dio con la fórmula mágica, historias serias, de mucho contenido, pero envueltas en el papel de la comedia.

La fórmula no es tan complicada ni tampoco un descubrimiento mundial, pero si es un gran aporte al cine dominicano que a partir de Nuevayol descubre que si podemos llenar una sala de cine sin importar que tengamos competencia de Hollywood de las grandes producciones. Hasta en la misma ciudad de New York esta producción local rompió con todos los parámetros, ganándole a una mega producción como “Broken Arrow” con John Travola y Cristian Slater, el New York Times no lo podía creer, apareció un artículo que decía: ¿Qué es eso? ¿Nuevayol? ¿Quien protagoniza? ¿Quien la dirige? ¿Y esas filas kilométricas en la 42?, “Eso no se veía hacia mucho tiempo en la gran urbe”, exclamaba el prestigioso periódico.

Era simplemente el gran aporte de un cineasta hecho de material poco común, con inmenso talento y una valentía imposible de medir, ¡Ángel Muñiz! Me doy el gusto de llamarlo “El papa del cine dominicano” el cineasta exitoso en la taquilla, el que nos enseño que sí se puede hacer cine para un determinado grupo demográfico y que  ese grupo si responde a un cine que entretenga y divierta a grandes y chicos, como el eslogan de nuestros luchadores, una comedia de corte social con un gran mensaje y que fonéticamente se identifique con el hablar cotidiano de los dominicanos.

Cine de calidad y de éxito en la taquilla, el gran aporte de nuestro Ángel, el único, el “Muñiz”. 

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