Para finales de los años 70 el viejo modelo económico de azúcar, café, cacao y tabaco estaba ya agotado, el país entonces debutó como destino de turismo masivo a mediados de los 80. Mi hermano mayor estuvo entre las primeras promociones de guías formados para satisfacer la demanda que venía, fue guía oficial gran parte de su vida y tuvo muchas experiencias interesantes para contar. Pasados los años, la cantidad de turistas ha ido creciendo, con proyección de 6 millones para este año. Las perspectivas son en general buenas, pero debemos seguir trabajando. Definir si queremos cantidad o calidad turística y estar atentos ante el posible fuerte competidor futuro, Cuba. Por fortuna, el paso de Matthew no representó revés para nuestra principal fuente de divisas. 

Hoy se reúnen aquí,  bajo el lema “Hacia una Gestión Turística Integral”, representantes de los sectores que inciden, directa e indirectamente, en el negocio turístico nacional, bajo el patrocinio de la famosa USAID, agencia norteamericana de apoyo al desarrollo (que, según los patrioteros de hojalata, concurre a “fusionar” los dos países de esta isla), para ver qué se hace a futuro con el turismo. Para empezar, que tomen en cuenta que nadie turisteaba en la Alemania nazi ni en la Sudáfrica del Apartheid. ¡Y eso, de darse aquí, sí nos dolería!… (Perdón, quise decir “jodería”).