Lionel Messi es una muestra de que el deporte y la política no tienen mucho en común. La ideología de Messi, por ejemplo, es el goce del fútbol, su disfrute para el que siempre tiene la disposición y el gusto. Es la ideología que defendimos en nuestra niñez con el básquet y cualquier deporte que hiciéramos por puro placer.
Para Messi lo de “el mejor”, “el más grande” y otros adjetivos periodístico-deportivos no existen. El hace magia con sus pies para desbloquear murallas y meter el gol; pero también para dar el pase certero para que otro lo haga. Sinergia perfecta.
En política, no oculta su defensa a las Malvinas en su argentinidad, ni su chavismo en amor por el continente, sin olvidar que Messi es “catalán” y la rivalidad entonces llega hasta la guerra de 1936 contra el Madrid de Franco,¿o no?