Estamos a mediados de julio y Beryl, un fenómeno climático menor, nos ha dejado muchos daños materiales, algo preocupante. Para que la perspectiva sea más ominosa aun, según explicó el geólogo Osiris de León en elCaribe, la temporada ciclónica, tradicionalmente de junio a noviembre, ha sido reconfigurada por el cambio climático, y en adelante debe calcularse entre 15 de mayo y 15 de diciembre. Eso es igual no solamente a huracanes más potentes y destructivos por calentamiento global sino también a una temporada ciclónica más larga, prueba mucho más dura para nuestro vulnerable terruño caribeño. Tenemos que confiar en Dios, evitar pesimismos, pero el cuadro no es nada venturoso para países como el nuestro, situados en la ruta de los huracanes.

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