BRUSELAS. En el comienzo de una cumbre de la OTAN en la que abundan ya los reproches entre Europa Occidental y Estados Unidos, al menos el Mundial de fútbol ha representado un tema de concordia y buen humor para algunos líderes.

La primera ministra británica Therea May y su homólogo belga habían intercambiado ya camisetas de sus selecciones durante la cumbre de la Unión Europea. Ayer, May enriqueció su colección de casacas, con una de Croacia.

Y a la cumbre asisten tanto el presidente francés Emmanuel Macron como el primer ministro belga Charles Michel. Durante el discurso inaugural, Michel se desvió de las discusiones sobre gasto militar para hablar acerca de la victoria por 1-0 que logró Francia. Luego, el jefe de gobierno de Bélgica trató de llevar la conversación de vuelta a los temas militares.

“Como en el fútbol, el juego limpio y el espíritu de equipo es lo que necesitamos más que nunca”, dijo Michel, en una no muy velada referencia al presidente estadounidense Donald Trump.

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