Viendo una imagen reciente en elCaribe se descubren muchas personas encanecidas, perceptiblemente maduras. Muchos hombres sentados y apenas cuatro mujeres, dos sentadas y dos más paradas. Una en actitud observadora y otra en movimiento, como si fuese un soporte del encuentro. La imagen no refleja nada de modernidad. Quizás sabiduría acumulada, mucha experiencia en el manejo de situaciones. Pero como la modernidad es signo de lo actual con vocación de futuro, con algún sentido de proyección de cambios, habría que dudar que en un escenario como ese tal visión tenga asidero más allá del performance para un necesario y reclamado mercadeo. Los mismos dinosaurios permanecerán por los siglos de los siglos, sin entender los cambios.

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