Con poco menos de dos kilómetros cuadrados es un punto muy atractivo

Xiamen, China.- Cuando en la República Popular China se habla de turismo, los 1,335 millones de personas que residen en el país alcanzan para ser distribuidos por todos lados. Una parte de esos turistas visita con frecuencia la pequeña isla Gulangyu, un lugar de apenas 1.88 kilómetros cuadrados, pero de abundancia histórica y cultural.

Gulangyu atrae a cientos y cientos de personas, especialmente chinos (también extranjeros) que con sus visitas generan un importante dinamismo económico y un encuentro con la arquitectura colonial y con la historia.

Gulangyu está ubicada en la zona opuesta a la ciudad de Xiamen, a través del mar. A ella se llega en ferry, un ferry que constantemente se mueve por el mar repleto de pasajeros, que previamente han acudido a una boletería a pagar su pasaje de ida y vuelta. Buscan conocer un lugar distinto, lejos de la gran urbe y el ruido de los vehículos y las grandes industrias. Las infraestructuras básicas se construyeron paso a paso y están presentes los servicios básicos. Es un lugar tranquilo en el que se recorren distintos espacios, guiados por una persona conocedora de todo lo que hay, sea esto construido por el hombre o aportado por la naturaleza, sin la intervención humana.

Entre los distintos atractivos está el Museo del Piano (único en China), compuesto por unos 98 aparatos de variados tipos y diseños, todos antiguos. Aquí hay paisajes suficientes para complacer la vista. Algunos de ellos son el Jardín Shuzhuang, Bright Moon Jardín (Haoyueyuan) y el Jardín Yuyuan.

La pequeña isla se recorre a pie. La gente se mueve de un lado a otro y abundan los comercios. Los hay de artesanía, de alimentos y de objetos antiguos entre otros. Hay un movimiento intenso. A Gulangyu se le ve como “el jardín en el mar”. Desde las partes más altas de ella se pueden fotografiar llamativos puntos geográficos que resulta difícil cubrir con la vista. “Los chinos comenzaron a considerar y a reconocer la isla desde la dinastía Ming, la penúltima dinastía de China, que gobernó, tras la caída de la dinastía mongol Yuan”, dice una de las personas que guía el recorrido, asistida por otra en la traducción de mandarín al español.

Gulangyu está situada a varios cientos de metros de Xiamen, ciudad insular adyacente a la China continental. Al otro lado, aunque mucho más lejos, se encuentra Taiwán, considerada una provincia de China Popular. En Gulangyu la vida por el día es intensa. “Tenemos que tratar bien al turista. Siempre que pisa por aquí contribuye con nuestra economía”, dice una de las personas que acompañan en el recorrido a una delegación de periodistas dominicanos que visitó la República Popular China, invitada por el Gobierno de ese país, luego del establecimiento de relaciones diplomáticas con República Dominicana.

Los turistas chinos generalmente acuden en grandes cantidades a Gulangyu. La isla se ha convertido en uno de los destinos preferidos para los enamorados. A menudo se observan parejas de novios tomarse las fotos de boda a pleno sol y resistiendo un calor que por momentos parece quemar la piel.

Dentro del pequeño lugar es sorprendente la cantidad de negocios que existe. Los hay como coffee shop, restaurantes orientados y vendedores informales de frutas y de té. Pero todo se hace en orden. Dentro de la isla no están permitidos los aparatos; apenas hay algunos coches eléctricos, como los que fueron utilizados para mostrar a los periodistas dominicanos lo que tiene Gulangyu.

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