Durante años hemos venido alertando por medio de artículos, reportajes e informaciones, sobre la gravedad de la deforestación sin freno de nuestros bosques, afectando seriamente la hidrografía, así como la sobrevivencia de nuestra flora y fauna.

Sin embargo, cada vez son menos efectivas las medidas oficiales puestas en marcha por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y otras agencias oficiales responsables de sancionar y provenir a los depredadores y, educar sobre la necesidad de preservar esos valiosos recursos.

Creemos que el presidente de la República, en esta y otras gestiones, ha tomado en cuenta la gravedad del problema, porque ha permitido que nuestros vecinos(Haití), los negociantes criollos y los amos del negocio del carbón y la madera, operen a sus anchas destruyendo sin contemplación importantes reservas boscosas en el país.

El tráfico de influencia y otras formas de corrupción mantienen ciegas a nuestras autoridades que hacen nada o muy poco para evitar que se siga destruyendo nuestra foresta, la capa vegetal y los más valiosos recursos naturales, incluyendo los agregados extraídos de los ríos y montañas.

Si el Gobierno Central lo dispone y las autoridades ambientales lo ejecutan, tenemos militares suficientes en oficinas, que pudieran muy bien ser utilizados para evitar que montañas como la Hoz, en Polo; Valle Nuevo en Constanza; Aguas Negras, en Pedernales; Los Haitises, en el Este-Nordeste, gran parte del Plan Sierra y otras áreas boscosas importantes, sean arrasadas por manos criminales y negociantes inescrupulosos.

Estamos jugando a un país en abundancia económica y de buena gestión que solo es perceptible en los medios de comunicación y la publicidad y, no estamos pensando en la desgracia que nos espera, como fruto de la amenaza criminal que nos asecha cada día.

Es tiempo de que reflexionemos para evitar la depredación total de nuestra riqueza natural y no dejemos como legado a nuestros hijos, nietos y generaciones por venir, un país destruido a causa de un descuido imperdonable. Todavía estamos a tiempo.

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