Ni copiando la fórmula del orden y equilibrio “a la europea” le alcanza a Brasil en la Copa del Mundo.

El pentacampeón mundial y último sobreviviente de Sudamérica en Rusia sucumbió 2-1 ayer ante Bélgica por los cuartos de final y por cuarta cita seguida quedó eliminado a manos de un seleccionado europeo.

Bélgica fulminó a Brasil con todos los ingredientes que aportan los integrantes de la mejor generación de futbolistas de su historia: la voracidad goleadora de Kevin De Bruyne y Romelu Lukaku, la creatividad de Eden Hazard y el temple de Thibaut Courtois en el arco. También un autogol brasileño. Bélgica, que había perdido en sus tres últimos enfrentamientos ante sudamericanos, jugará las semifinales por primera vez desde 1986.

La caída de Brasil además da lugar a una semifinal netamente de europeos. Es la tercera vez desde 1982 que eso sucede en un torneo montado en el Viejo Continente. La otra llave se definirá hoy con los duelos entre Inglaterra-Suecia y Rusia-Croacia.

Hasta este compromiso, Brasil había sacado chapa de favorito más por su funcionamiento defensivo al estilo “europeo” que por la calidad del medio hacia delante con Neymar, Coutinho y Gabriel Jesús. Y el único gol que había recibido antes de este partido había sido el empate de Suiza 1-1 en el debut. Bajo el mando de Tite, además, detentaba un récord de 20 victorias y apenas una derrota en un amistoso ante Argentina a mediados de 2017.

Después de ganar su quinto título en Corea del Sur-Japón, la Verdeamarela fue eliminada en cuartos por Francia en 2006, corrió igual suerte cuatro años después en Sudáfrica al caer en la misma instancia frente a Holanda, y después sufrió la paliza 7-1 en su propia casa contra Alemania, que terminaría ganando el torneo.

Francia avanza a semifinales

Antoine Griezmann se olvidó por un rato de su cariño por Uruguay y encabezó una victoria 2-0 de Francia sobre el equipo celeste, que la depositó en las semifinales de la Copa Mundial. Griezmann gestó un gol con un tiro libre que Raphael Varane mandó de cabeza al fondo de las mallas a los 40 minutos y anotó otro a los 61, con la colaboración del arquero uruguayo Fernando Muslera, al que se le escapó un balón que no llevaba peligro.

Griezzmann no festejó el tanto. “Un uruguayo me enseñó todo lo bueno y lo malo del fútbol”, explicó el francés, elegido el mejor jugador del partido, en referencia a Martín Lasarte, el técnico que lo hizo debutar en primera división con Real Sociedad cuando tenía 18 años. “Siento gran respeto por Uruguay. Me pareció normal no celebrar”.

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