Villa Olga: comercio envuelve su dinámica de vida

Con 46 años de fundada, Villa Olga es un ejemplo a imitar, pues a pesar de ser una de las urbanizaciones más grandes de clase media de esta ciudad, sus moradores

Residentes dicen que se ven afectados por un desarrollo urbanístico que no respeta los reglamentos

Con 46 años de fundada, Villa Olga es un ejemplo a imitar, pues a pesar de ser una de las urbanizaciones más grandes de clase media de esta ciudad, sus moradores mantienen una hermandad que evoca la usanza antigua, cuando las personas se reunían a hablar y compartir como una sola familia. Sus residentes tradicionales han quedado envueltos en el crecimiento del comercio, sobre todo en el perímetro del parque principal, como en la calle Benito Juárez, donde se concentra el mayor número de negocios.

En el entorno del parque Benito Juárez es notoria la cantidad de personas que van, durante las diferentes horas del día y la noche, a jugar dominó, bingo, leer, practicar algún deporte o simplemente a hablar, resguardados por una seguridad comunitaria que ellos mismos mantienen. Otra característica de este sector es que se ha convertido en un lugar de personas retiradas, tanto de aquí como de dominicanos que residían en Estados Unidos, quienes, además, han hecho inversión en esta zona en busca de la tranquilidad que le caracteriza.

La urbanización ha crecido a la par en cuanto a viviendas y negocios, como plazas, bancos, supermercados, restaurantes, farmacias, negocios de comida rápida, iglesias, entre otras, facilitándoles a sus habitantes realizar sus diligencias en su entorno. Algunos consideran que este crecimiento se ha dado de forma desordenada en algunas zonas, ya que en sus calles principales hay negocios que, por su naturaleza, no van acorde con las viviendas; además, próximo al parque han construido edificios, pese a la prohibición de fabricar inmuebles de más de dos niveles.

La fundación de la urbanización se remonta al año 1967, en los terrenos que habían pertenecido a la señora Olga Rojas Hernández, oriunda del municipio de Moca, que había llegado a vivir al lugar. Según recoge el historiador Edwin Espinal Hernández, en el libro “Construyendo el Progreso de Santiago”, que versa sobre la historia de la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, esta fue la primera urbanización de la ciudad en contar con un servicio eléctrico y telefónico con cables soterrados, lo que posteriormente fue necesario cambiar debido a las averías producidas por las lluvias.

Al citar un acta de reunión de la entidad financiera, que fue una de las que propició el desarrollo de este sector, Espinal informa que la urbanización fue levantada en un área de 281,787 metros cuadrados, destinando de estos un total de 186,635.03 para solares, 71,532.12 para calles; 14,503.55 para áreas verdes y 9,117 para comercios, pero esta última parte nunca fue edificada.
Sobre sus inicios, Leonel Gutiérrez, pasado presidente y actual asesor de la Junta de Vecinos de Villa Olga, rememora que la casa que dio origen al nombre de la urbanización estaba ubicada en la calle Los Pinos, construida en ladrillos, y que para ese entonces una compañía constructora empezó a hacer las trochas, que más adelante serían las calles, y que se inició a vender los solares en el área donde estaba la casa a 4.5 pesos, y la parte donde está la Benito Juárez a $6. La compañía empezó haciendo dos tipos de casas, unas más sencillas en solares de 242 a 300 metros, y otras un poco más amplia con solares de 400 a 450 metros. Los límites de la urbanización son: al oeste la calle Genaro Pérez, al norte la Benito Juárez, hasta la calle de Los Pinos; luego bordea la calle que divide a La Moraleja de Villa Olga, en la parte sur hasta la calle 13, que abarca parte del final de La Española.

Su crecimiento ha sido tal, que hoy cuenta con los repartos Ilusión y Framboyán, ambos enclavados dentro de Villa Olga, y es el eje principal de otras urbanizaciones como El Despertar, La Moraleja, Rincón Largo, Reparto Koquete, Reparto del Este y El Embrujo, que hacen vida en sus parques, sus negocios y en la parroquia San Martín de Porres.

Su junta de vecinos es otro paradigma en esta ciudad, pues ha sido parte importante en el desarrollo de la comunidad. La organización es la primera en el país que publica los estados financieros en Impuestos Internos sin recibir un centavo del Estado, y se publica mensualmente para los visitantes y miembros de la comunidad, para que todos sepan en qué se invierte cada peso que entra a la junta.

Gutiérrez afirma que es la única urbanización en la provincia de Santiago que tiene un play de softbol, una cancha de basquetbol y voleibol, un parque para niños, una casa club, donde se disfruta de juegos de diversión como bingo, ping pong, billar, karate, ajedrez y dominó. El altruismo es otra característica de este sector, ya que posee en su demarcación tres albergues: el Hogar Niñas de Dios, el Emiliano Tardif y Misión Betel, los cuales acogen niños en situaciones vulnerables, a quienes les patrocinan diversas actividades durante el mes, como tarde de pizza, celebración de cumpleaños, así como charlas sobre diversos tópicos. “Todos los meses trato de llevarles a alguien que aporte en conocimientos para que ellos se desarrollen”, precisa Leonel.
Villa Olga es la única urbanización de esta ciudad que tiene tres parques: el Benito Juárez, que tiene 36 tareas, 564 metros de perímetro por fuera; el parque Ben-Gurión en honor al creador del Estado libre de Israel David Ben-Gurión; y también el parque Emma Balaguer. A iniciativas de la junta de vecinos, en la gestión de Gutiérrez, se construyó la casa club en el parque Benito Juárez. “Logramos establecer el orden, pusimos una secretaria en la casa club, logramos escritorios, televisores, mesas de billar, de ping pong, juegos de ajedrez, y se empieza a comprar sillas, mesas, equipamos la cocina y pusimos que la escuela de pelota le cobrara una cantidad que permitiera pagar a los entrenadores y que le quedará algo para la junta de vecinos”, relató.

Villa Olga es la primera urbanización del país que tiene policías comunitarios que patrullan desde las 6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, y de ahí en adelante cuenta con la Policía Municipal y la Policía Nacional en vigilancia permanente. Se resalta que la hermandad que hay entre los vecinos comenzó cuando la junta de vecinos empezó a celebrar los cumpleaños, otorgando los bizcocho y los refrescos, y ahí comenzaron personas a motivarse y hacer donativos para la celebración de los mismos, otros se motivan y compran galones de vinos, y siempre tienen una razón para celebrar.

Al igual que en otros sectores donde se ha dinamizado la actividad comercial, a determinadas horas del día, por la calle Benito Juárez hay dificultades en el tránsito y muchos vecinos se quejan por el desorden y los bocinazos de quienes usan esta vía como desahogo, tanto para conectar con la autopista Duarte o la avenida Juan Pablo Duarte, como los que cruzan para las diferentes urbanizaciones de la parte norte.

Con Gutiérrez coincide el señor Leandro Adames, quien expresa que allí llegan forasteros que ponen el desorden, aunque reconoce que el problema está en que ya en Santiago no hay otra opción a visitar, “no hay un sitio donde reunirse que implique cierta seguridad, pero vienen a este sector y no respetan las reglas, tiran la basura en el suelo, al lado de los zafacones.

Nuevas construcciones violan reglamentos

Las problemáticas que presenta actualmente son el crecimiento desorganizado del comercio, tanto en el perímetro del parque principal como en la calle Benito Juárez, donde se concentran el mayor número de negocios, y el desarrollo urbanístico sin respetar los reglamentos. “Tenemos varias plazas en Villa Olga, pero dentro de la parte interna, donde están las casas el ayuntamiento a través de los funcionarios correspondientes de Planeamiento Urbano, desordenadamente han aprobado construcciones en el perímetro del parque, donde era prohibido construir edificaciones de más de dos niveles”, dijo Gutiérrez.

Defensores

Hoy día es una comunidad buena para vivir porque está todo cerca, el parque, la farmacia, la iglesia, los lugares de diversión”.
Leonel Gutiérrez
Esta es la primera urbanización del país que tiene policías comunitarios que patrullan desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde”.
Leonardo Adames

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