Hace algún tiempo me regalaron un libro titulado “Un líder con convicciones”, escrito por el doctor en teología Albert Mohler y el prólogo por el pastor Miguel Núñez.

El doctor Mohler se convirtió en la persona más joven, a los 33 años, en dirigir el Seminario Bautista Southern. Su pasión en la vida es enseñar a las nuevas generaciones la importancia de liderar con valores.

He leído y repasado este libro varias veces y no dejo de pensar en nuestro país y el mundo en que nos ha tocado vivir, donde se confunde el liderazgo con la presencia en los medios de comunicación o simplemente se cree que ser líder es todo aquel que ocupa una posición pública o privada, sin realmente influir positivamente en la sociedad.

Un buen amigo, funcionario público, en una reunión de amigos, nos decía a un grupo que estaba sorprendido del nivel de evasión del sector privado. Si hubiera leído el prólogo de Miguel Núñez, posiblemente su marco de referencia fuera mayor cuando Núñez dice: “Nuestra cultura se encuentra en medio de una crisis de dimensiones épicas a todo nivel, que va desde el individuo hasta la sociedad en su conjunto, pasando por la familia, la economía, las instituciones, los estados y cualquier área donde pongamos la lupa y a veces tan solo la mirada”.

Un líder es aquel que tiene convicciones fuertes, que tiene pasión por lo que hace, una pasión que convierte en verdades, que contagia a todos los que están a su alrededor, para asumir tareas, visiones con la misma intensidad que el líder. El líder cree en lo que defiende y su pasión es tal, que es capaz de morir por sus metas.

Como empresario, pienso que ser líder es mucho más que poder dar órdenes, que poder mandar. Es la capacidad de crear una cultura donde todos como equipo trabajemos por un mismo fin, primero sintiendo satisfacción por lo que hacemos, que esto mejore nuestra calidad de vida, tanto en el ámbito del trabajo como en el entorno familiar, para luego llevar esa satisfacción al cliente.

Mclanfranconi establece la siguiente definición: “Un líder es una persona que es referente para un grupo. Es una persona que encabeza algún movimiento, grupo o institución y que se ha ganado el respeto de las otras personas que lo siguen y apoyan en sus acciones o decisiones”.

Los medios de comunicación, las redes sociales, hoy confunden lo que es un líder con aquel que tiene muchos seguidores. También muchos confunden liderazgo con el hecho de tener presencia en los medios de comunicación. Existe sin dudas una enorme diferencia y eso lo reflejan las encuestas donde políticos de muchos años, conocidos por toda la población, no son capaces de alcanzar en la preferencia de los electores más de uno por ciento.

En este mundo que nos ha tocado vivir, vemos caer líderes porque simplemente no son capaces de decir la verdad o simplemente la organización a la que pertenecen incurren en actos contrarios a los postulados que defienden. Recientemente, hemos visto cómo en España el presidente Mariano Rajoy, mediante el voto de censura del parlamento español, acusado su partido por actos de corrupción fue sustituido por el socialista Pedro Sánchez.

El verdadero líder es aquel que es capaz de autocriticarse, de oír a los que tiene a su alrededor, no creerse poseedor de toda la verdad, permitir que otros opinen diferente a lo que son sus criterios y sí tener al final, la capacidad de elegir lo que más convenga a todos.

Nuestro país se enfrenta a unas primarias anticipadas, veremos en los próximos meses muchos más candidatos que los que usualmente hemos tenido. El reto para cada uno de estos no está en cuál gasta más en vallas, caravanas; el que paga más a sus seguidores, con recursos que muchas veces les será imposible demostrar su procedencia.

El reto para los que pretenden dirigirnos y demostrar su liderazgo, es ser capaz, mediante su talento, de crear una sociedad más equilibrada, reducir la pobreza, no de los que le rodean, sino de los que lo eligieron gracias a sus mensajes, líderes capaces de decir las verdades por duras que sean, líderes que nos puedan guiar por tiempos de bonanza, así como por épocas difíciles como las que parecen presentárseles al mundo en estos momentos.

Líderes como Franklin Delano Roosevelt, que supo guiar su nación en medio de la más terrible depresión y guerra mundial. Un líder que utilizó la radio semanalmente para orientar, tal como lo hizo en nuestro país otro líder verdadero como lo fue Juan Bosch.

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