“El asesinato de Fernelis servirá para limpiar la Iglesia”

“Si de verdad Dios existe, el asesinato de mi hijo Fernelis debe servir para limpiar la Iglesia católica, la Iglesia en el país debe limpiarse”.

“Si de verdad Dios existe, el asesinato de mi hijo Fernelis debe servir para limpiar la Iglesia católica, la Iglesia en el país debe limpiarse”.

Ana Núñez, la abuela materna del adolescente Fernelis Carrión, asesinado en agosto del año pasado y de cuya muerte las autoridades acusan al sacerdote Elvin Taveras Durán, ya no sabe qué creer. Su fe ha sido quebrada.

Durante más 20 años fue una mujer consagrada a la Iglesia. Pero desde la muerte de su nieto, con quien vivía y consideraba su hijo menor, se alejó de la relación que tenía con su fe en Dios y en la Iglesia católica.

“Yo no he vuelto más”, sentencia cuando se le pregunta cuál es la relación actual con la institución a la que sirvió ella y su familia. “Es mucho el sufrimiento de una familia cuando alguien de quien menos tú lo esperas, te viole o te mate un hijo. Es algo que ellos no se imaginan. Nos han matado, nos enterraron vivos”, se lamenta doña Ana.

Y es que en la humilde casa donde vivía Fernelis había respeto y admiración sobre la figura sacerdotal y la institución. Pero luego de su brutal asesinato, todo cambió y lo que para esa familia representaba un aliento, un escape ante las dificultades propias de la vida, se volvió una carga más que llevar.

“Yo me he quedado esperando una disculpas. No he recibido ningún tipo de condolencia de la Iglesia, ellos nunca han venido a darme una condolencia, ni siquiera darme una palabra de fuerza que me conforte, nada. Para ellos, es como si no ha pasado nada. Aquí, a mi casa, donde vivía mi muchacho, ellos no han venido nunca”, comenta con dolor doña Ana al equipo de elCaribe que le visitó a su hogar en Villa Mella.

Dijo que no ve que en el país se esté haciendo algún esfuerzo en disminuir los abusos que cometen los religiosos contra niños.
“Este país respeta mucho a la Iglesia, pero son ellos, los sacerdotes abusadores, que no respetan la Iglesia”.

“A mí me gustaría que ellos lo hagan para que no siga este tipo de abusos en la Iglesia. Me gustaría que el Papa y en el país la Iglesia investigue, porque ya está bueno, ya es suficiente de hacerle daño a la Iglesia, a las madres, a los niños”, expresó cuando se enteró que el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, creó una comisión para investigar los casos de denuncia de abuso sexual por parte de sacerdotes, diáconos y consagrados.

Confía en que la justicia terrenal “haga su parte y que la divina aparezca. Si ese, que creó el cielo y la tierra aún existe, esa muerte de mi hijo debe servir de algo”, recalcó.

“Me imagino lo que él sufrió callado”

Doña Ana se culpa por no reconocer algunas de las señales de abuso que su nieto mostraba, como deficiencias en el aprendizaje.

“Ese debía ser un secreto muy fuerte para mi hijo, tener eso callado sin poder decírselo a nadie, que ese sacerdote lo abusaba desde hacía tantos años y nunca nadie lo imaginó”.

“Ahora que lo sabemos nos preguntamos ¿cómo nadie se dio cuenta de lo que pasaba?”.

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