Los pronósticos indican que de 14 tormentas, tres pueden convertirse en huracanes de alta categoría
En una semana, República Dominicana entrará a un periodo crucial para la formación de ciclones tropicales, conocida como la temporada ciclónica y llega cuando todavía algunos poblados no se han recuperado de los efectos colaterales de los huracanes Irma y María que arrasaron en otras islas del Caribe.
En esta etapa, las informaciones y recomendaciones de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) cobran más notoriedad, ya que son fundamentales para cualquier plan de contingencia que ayude a proteger las vidas.
Gloria Ceballos, directora del organismo, afirmó que esta temporada no será tan activa como la del año pasado, pero aclara que esto no quiere decir que el país no sea afectado por un huracán de mayor categoría.
¿Cómo encuentra la temporada ciclónica al país a nivel hidrológico?
Hemos tenido unos periodos lluviosos. Dos años con bastantes precipitaciones en la República Dominicana. No ha habido déficit de precipitación. No ha habido sequía.
¿Qué ha estado incidiendo en la República Dominicana para tener estas condiciones climáticas?
Del 2016 hacia acá se presentó el fenómeno global, La Niña, que para la temporada ciclónica es un punto importante para definir en el Atlántico Norte qué tan activa o no puede ser una temporada. La Niña es un enfriamiento de las aguas del Pacífico Ecuatorial, entonces para que haya un equilibrio, cuando estas aguas se enfrían, las del Atlántico se calientan, y ese calor es el ingrediente fundamental para que se formen los ciclones tropicales. La Niña se manifiesta para nosotros como temporada ciclónica más activa de lo normal. Cuando tenemos El Niño se forman pocos ciclones tropicales, porque se enfrían las aguas en el Atlántico.
¿Cómo será la temporada ciclónica 2018 en comparación con el año pasado?
Todos estamos a la expectativa por lo que ocurrió en el 2017, una temporada ciclónica muy activa, que representó varios extremos de fenómenos tipo ciclón tropical, huracanes categoría 5, de manera simultánea; y uno se pregunta si esta temporada será igual. Para bienestar nuestro ya el fenómeno La Niña se ha debilitado y a partir de abril entramos en una situación de que no tenemos ni El Niño ni La Niña, este periodo se denomina neutro, cuando la temperatura de las aguas del Pacífico han tenido un comportamiento dentro de los rangos normales, ni se han enfriado ni calentado más de la cuenta. Los modelos climáticos que evalúan esa situación indican que por lo menos hasta septiembre u octubre vamos a tener esa situación. Esto influye en que no va a ser una temporada ciclónica tan activa como la que tuvimos en el 2017.
¿Seguimos bajo riesgo?
Es una temporada dentro de lo normal. Es trascendente señalar que independientemente una temporada ciclónica vaya a ser más o menos activa, hay que prepararse siempre como si un huracán nos fuera a afectar, porque nosotros geográficamente estamos en la ruta de los huracanes. No importa que la temporada ciclónica sea más o menos activa, porque dependerá de qué tan cerca transiten sobre nosotros los fenómenos que se formen. No podemos afirmar que va haber más lluvias que el año pasado, porque los meses que nos han precedido, aunque hemos visto en algunas regiones muchas lluvias no quiere decir que ha sido el comportamiento en todo el país.
¿Cuál es el pronóstico para esta temporada ciclónica?
Los pronósticos de número de tormentas que se esperan, actualizados hasta abril, indican que se podrían formar unas 14 tormentas nombradas en la temporada ciclónica del Atlántico Norte para el 2018. Se espera que de esas 14, siete puedan alcanzar la categoría de huracán, y que de esos, tres puedan ser huracanes mayores, o sea categoría 3, 4 o 5.
El año pasado se formaron 18 tormentas nombradas, y de esas, 10 fueron huracanes y la mayoría de esos huracanes fueron intensos.
A nivel técnico, ¿está la Onamet preparada para esta temporada ciclónica?
Siempre hay retos. Y el ejercicio que se ha estado haciendo de simulación de huracán es una forma de nosotros ver cuáles son nuestras debilidades y fortalezas, con ese plan operativo. En los primeros meses del año hemos ido a recorrer las estaciones meteorológicas, tratar de equiparlas con los instrumentos adecuados y la preparación de los técnicos. Nosotros cada año tratamos de corregir esas debilidades. Este es el periodo en que la población está más a la expectativa con relación a la respuesta que como país podemos dar en caso de que se forme un fenómeno meteorológico que amenace al país. Lo más importante es la credibilidad que tenemos de la población, eso nosotros lo cuidamos sobre todo.
¿Qué ha pasado con el radar meteorológico del Este?
El radar meteorológico, instalado en Punta Cana, estuvo fuera de uso porque había un software que estaba desactualizado, recién nos informaron que se están haciendo todos los trámites correspondientes de manera que para la temporada ciclónica que vamos a tener en la próxima semana, éste pueda estar actualizado y siendo una herramienta importante para determinar la intensidad de las lluvias focalizadas en una determinada localidad.
¿Quién opera este radar?
En el 2004, cuando fuimos afectados por la tormenta Jeanne, que luego se convirtió en un huracán categoría 1, afectó mucho al Este del país y los puntos turísticos, entonces en esa ocasión el Grupo Punta Cana y el Gobierno se pusieron de acuerdo para que el Grupo Punta Cana adquiriera el radar bajo el acuerdo de que el Gobierno le reembolsaría los gastos y así ocurrió. Desde hace un tiempo, ese radar pertenece al Gobierno. Los radares meteorológicos no son tan económicos, son una herramienta que cuestan dos millones de dólares, más su mantenimiento continuo.
Nosotros siempre hemos dicho que los técnicos locales deben capacitarse en el mantenimiento de esos instrumentos de última generación, porque ahí es que ha estado el fallo.
¿Hacen falta más radares en el territorio nacional?
Hay un solo radar meteorológico, que lo administra el Grupo Punta Cana, pero los técnicos que hacen uso de esa información son de la Oficina Nacional de Meteorología.
Aspiramos a que en el noroeste del país haya otro radar, porque nos permitiría cuando vienen los sistemas frontales en los meses de noviembre, diciembre y enero tener una herramienta valiosa para determinar la intensidad de las lluvias en esas localidades. l
Naturaleza
Los huracanes son fenómenos naturales, lo que los convierten en desastres es la vulnerabilidad”.
Prevención
Este es el momento para que cada uno de los ciudadanos revise sus planes de contingencia; no hay que dejarlo todo a las autoridades”.
