A propósito de un fastuoso casorio en Londres y del viaje socialité al Caribe de una reina española, mucha gente se pregunta: ¿Para qué sirven en el Siglo XXI, cinco siglos después del XVI (cuando se inicia el saqueo de América y el gran exterminio de sus pueblos indígenas), los reyes, príncipes, princesas y demás agregados de la vagancia mejor pagada del mundo? ¿Para qué sirve la llamada “nobleza” europea, que no sea para adornar palacios, jolgorios campestres al estilo de los cuentos de hadas y las páginas más frívolas de los diarios? (Sí, creo que los anarquistas del XIX tenían la razón al proponer su total abolición).

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