En los 70 y 80 el público joven era muy asiduo a filmes con efectos especiales y era gusto generalizado la afición a ellos en tv. Hay cierta incomodidad ver el éxito que siguen teniendo filmes como este, donde los efectos especiales son el patrón a seguir. Solo que en Deadpool tienen un deliberado acento estrambótico y chapucero. Sin embargo, esa imperfección es generada bajo los más altos estándares. Intencionalmente, asimismo es la violencia gráfica y una serie de gags y humor con chistes que procuran que los personajes se desdeñen, que se sientan ridículos. Todo es bien pensado con ausencia total de cualquier pisca del tipo de cine serio que gusta a plateas maduras y sin fuertes extravíos culturales. El público va a procura de una correa interminable de humor y lo encuentra a raudales. Esa es la parte buena de su calidad como comedia. La jocosidad de sus escenas y la gracia de sus personajes es la respuesta constante que se da al público atrás de elementos que le generan curiosidad. Empieza a marcar con los créditos iniciales y aun en los últimos con escenas pos créditos, y son las dos partes de las películas que mejores logros tienen hasta convertírseles en imprescindible, que sin ellas no hay identificación. Son una regla que permite beneficiarse de todo el potencial visual y cómico de los personajes. Y, sin embargo, casi como una maldición, al reproducirse como una segunda parte aprovechando el éxito de la primera, tiende a erosionarse en sus pretensiones cómicas y pinceladas de drama que no le cabe por más que insista. Se nota forzada y, por tanto, desajustada con su público –aunque hasta ese desajuste pueda hacer que esta saga sea exitosa en la taquilla–. Corre el riesgo de que cansen como géneros y los extravagantes efectos especiales. Por tanto, es apropiada y válida esa estrategia de darle rasgos dramáticos. Pero, volvemos al pero, al disponer de un personaje plano, cualquier tránsito emocional que se intente tiende a decaer escena tras escena, de ahí esa acción del protagonista de aferrarse a la ridiculización de sí mismo. Para obtener beneplácito se va a los extremos en todo. Viendo los absurdos con que se construye su narrativa, suelen ser menos ilógicos, irracionales e indecentes que las agresiones, insultos, golpes bajos, mentiras, falsedades de la clase política mundial, sobre todo, de la insensatez de la clase gobernante cuyo país, precisamente, produce este tipo de blockbuster.

HH Género: Comedia de acción. Fantástica.
Duración: 119 minutos

Posted in Crítica Cine

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas