Alternabilidad en el poder es principio sagrado de los estados democráticos, que eligen a sus gobernantes en comicios competitivos y con sufragio universal. Pero la misma no puede limitarse a un simple cambio de caras, sino que se espera también que haya renovación de ideas y planes. En otras palabras, de qué vale cambiar de gobernante si el nuevo hace lo mismo que el anterior, aunque no sea necesariamente malo. ¿Por qué votar por alguien que no hará cambio? En Cuba no hay elecciones, pero el hecho es que terminó la dinastía Castro y el país tendrá nuevo jefe político ¿Será un simple cambio de figura o hará el nuevo líder la diferencia? Pocos lo esperan, al menos de inmediato.
Cuba cambia
Alternabilidad en el poder es principio sagrado de los estados democráticos, que eligen a sus gobernantes en comicios competitivos y con sufragio universal.