Meses lleva abierto un hoyo (un tramo de varios metros cuadrados) de la avenida Tamboril de Cienfuegos, Santiago, donde confluyen residuos cloacales y pluviales. Es tan grande que en el mismo pueden sepultarse dos minibuses. Además, sus aguas hieden. Muchos vecinos abandonaron sus viviendas. elCaribe lo denunció ayer y el cabildo de Santiago anunció que desde el viernes fue contratada una empresa para buscar una solución. Pero las aguas estancadas coincidían con un conflicto actualmente atenuado entre los jefes de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago y el cabildo de esa ciudad. Quizás una de las causas generadoras de sufrimientos de los vecinos. Primero la gente y los servicios. Los egos, al fango.

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