Dicen que la historia la escriben los vencedores. Lo hacen a su imagen e interés, para dejar una impronta de hegemonía. La historia dominicana está cargada de lo que han dicho los vencedores, aún sin ser cierto.

Es poco sabido que Los Trinitarios, encabezados por Duarte, fueron sacados de la Junta Central Gubernativa. El 3 de julio de 1844 la Junta sustituye a Pedro Santana, por licencia médica, por el coronel Esteban Roca, ante la imposibilidad inmediata de hacerlo Sánchez.

Santana y un oficial de su confianza, coronel Manuel Mora, estando las tropas formadas en orden de parada en la plaza de armas en Azua, rechazó esa disposición, junto a otros oficiales. Aunque el coronel Matías Moreno se negó a sumarse y expresó: “Este hecho hiere de muerte al poder supremo de la República. El verdadero gobierno es el que hace su voluntad, en este caso lo está haciendo el ejército con esta insubordinación ” (José Gabriel García, p. 254).

El 13 de julio esa parte insubordinada del ejército entraba a la ciudad de Santo Domingo y al día siguiente Pedro Santana se abrogó el derecho de presidir la Junta Central Gubernativa. Reunió en el Palacio de gobierno, supuestamente para reorganizarla, pero proclamó que por el poder que el pueblo y el ejército le confería se reservaba todas las facultades “para mantener el orden público”.

Ordenó de inmediato la encarcelación de Sánchez, Pina, Juan Isidro Pérez, Manuel María Valverde, José Diez, Vicente Celestino Duarte, Buenaventura Freites, José Ramon Ortiz y varios más incluyendo oficiales. Hizo extensiva la orden a Duarte, Mella y otros que en ese momento se encontraban en el Cibao. Obviamente, Los Trinitarios participaron en el gobierno cuatro meses y 14 días.

Desde ese momento gobernó Pedro Santana, enviando al exilio a Los Trinitarios, prohibiéndoles el retorno bajo pena de fusilamiento. Puso en vigencia, el 6 de noviembre, una constitución totalmente diferente a la sugerida por Duarte y Los Trinitarios.

Este próximo 29 de abril se conmemora el 55 aniversario de la proclamación de la Constitución de 1963, con la intervención gestora del profesor Juan Bosch. Pero, Juan Bosch fue derrocado a los siete meses de gobierno.

El gobierno de Los Trinitarios fue cuatrimesino y el de Bosch sietemesino. Pero ambos han hecho historia por sus propósitos democráticos y progresistas. Están, además, relacionados por cuanto el de Bosch tuvo como emulación completar lo que Duarte y Los Trinitarios habían iniciado. Precisamente lo decía en un discurso de agosto de 1963, en el centenario de la Restauración.

El golpe de Estado a Bosch trajo como consecuencia que un año y siete meses después el pueblo se tiró a las calles acompañado de militares en una insurrección para la vuelta a la constitucionalidad, que sólo pudo ser frenada por una intervención militar norteamericana.

Después de la insurrección frustrada, Bosch funda, en mi hogar, el PLD para darle continuidad al proceso y cumplir la obra de Duarte.

El PLD ha llegado al poder y puso en vigencia la Constitución actual del 2010. Ella es el marco jurídico para modernizar el Estado y garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales, que en ella son los de última generación.

Esta Constitución vigente fue escrita teniendo aquellas de referencia. Vulnerarla es desconocer esa historia de lucha y sangre.

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