Fue aplazada más de una vez, afectada por diversos fallos logísticos, suspendida en decenas de municipios y caracterizada por la lentitud en el cómputo electoral; sin embargo, se atrevieron. Nos referimos a la convención del Partido Revolucionario Moderno (PRM) para elegir a sus autoridades internas. El principal aporte de ese proceso fue el recurrir a un procedimiento democrático para escoger a los dirigentes nacionales y locales del PRM. Esto se hace en momentos en que es tradición contar con órganos de dirección partidaria prácticamente permanentes, los cuales solo se renuevan mediante mecanismos centralizados, como la decisión del líder o el incremento del número de sus miembros manteniendo a los anteriores.

La democracia interna de los partidos políticos adquiere cada vez mayor relevancia en el debate público. Avanzar en este aspecto ayudaría a revertir la crisis del sistema de partidos y a enfrentar su creciente descrédito ante la ciudadanía. Para ello no hay que esperar que se aprueba una legislación sobre los partidos políticos, pues estas organizaciones pueden dar pasos concretos hacia la constitución de un sistema de partidos institucionalizado, democrático y en el que la rendición de cuentas sea parte de su cotidianidad. La convención del PRM se inscribe en esa dirección. De ella se desprenden una serie de lecciones, fallos y aciertos, que deberán ser tomadas en cuenta por el resto de los partidos.

El ejercicio del PRM deberá contribuir a presionar a las organizaciones políticas para que lleven a cabo procesos internos que garanticen la participación de sus militantes en la renovación de sus estructuras de dirección. Esto deberá ayudar al cambio de una dirigencia partidaria que se encuentra anquilosada e impide la emergencia de un liderazgo relevo. Ahora bien, hay que tener en cuenta que la competencia interna debe desarrollarse en condiciones de equidad, evitando que los principales líderes del partido acuerden repartirse los cargos más importantes, como aconteció en el PRM. Dada la complejidad de estos procesos, a la logística y cómputo electoral debe prestársele una especial atención.

Como buena práctica de la convención partidaria realizada recientemente, hay que rescatar el esfuerzo desarrollado para confeccionar un padrón electoral depurado y confiable. Esta es una tarea pendiente en el conjunto de los partidos. Por otro lado, sectores tradicionalmente excluidos de los espacios de toma de decisiones, como las mujeres y los jóvenes, deben tener la oportunidad de competir y alcanzar cuota de poder en las direcciones partidarias, como aconteció en el PRM. En fin, el fortalecimiento de la democracia interna de los partidos, es una tarea que no puede seguir siendo aplazada.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas