La muerte del agroempresario y productor Rafael Perelló Abreu priva al país de un visionario de la caficultura, propulsor de la renovación de la producción cafetalera dominicana.

Nacido el 1 de noviembre del 1934 en Baní, Perelló Abreu logró que su nombre sea asociado a la industria nacional de café. Lideró durante más de 40 años la empresa Industrias Banilejas (INDUBAN), la principal empresa procesadora y comercializadora de café en la República Dominicana.

Se graduó de la escuela de Negocios Babson College en Massachusetts, en Estados Unidos, y desde entonces fue el responsable del crecimiento del mercado nacional de café procesado y convirtió a la agroindustria INDUBAN en una de las principales empresas exportadoras y comercializadoras de café en Centroamérica y el Caribe.

Luego de la drástica caída de la producción nacional cafetera, a consecuencia de varias enfermedades que la diezmaron, Perelló Abreu se empeñó en el desarrollo local de variedades de café resistentes a la roya y de alta productividad adaptando tipos de semillas originadas en centros de investigación de varios países productores de café.

Su última apuesta fueron las fincas de alta tecnología para cultivo del aromático grano en Hato Mayor y San José de Ocoa, las que en sus primeras cosechas obtuvieron rendimientos que multiplicaron por 20 la media nacional de producción por tareas.

Aunque su fuerte fue la producción y procesamiento de café, actividad que desarrolló con devoción y pasión, Perelló Abreu también incursionó con éxito en otras actividades industriales, como la fabricación de cartón y fósforo.

Fue, asimismo, un propulsor del deporte, las artes y la cultura, y para la promoción de esas dos últimas manifestaciones fundó en su natal Baní el Centro Perelló.

Según el presidente de Educa, José Mármol, Rafael Perelló Abreu fue un “ejemplo de empresario que las nuevas generaciones empresariales deberían emular”.

Su muerte, a consecuencia de una enfermedad conocida como Mal de Gehrig, enluta a su esposa Ana Olivia Bonelly, sus hijos Amalia, Laura y Adolfo y a sus hermanas Daisy, Kirsis, Noris y Diana.

Paz a sus restos y nuestras condolencias para sus familiares.

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