Santiago. La misión iniciada hace diez años por feligreses de varias iglesias de New Jersey de construir viviendas a personas necesitadas de comunidades del Distrito Municipal Jacagua ha rendido sus frutos y lo ha coronado con la entrega de la casa número cien a una familia de escasos recursos.

Familias que antes vivían en casuchas de yagua, canas, pisos de tierra, sin ventanas ni servicios básicos en comunidades como El Aguacate, Salamanca y San Francisco, hoy día tienen mejores condiciones de vida, al pasar a vivir en casas construidas en madera y habilitadas con mobiliarios de primera necesidad, como camas, sábanas, colchas, ya que muchas contaban con una sola cama para sus numerosas familias. A la fecha han invertido más de 500 mil dólares. Quienes optan en venir usan sus propios recursos para hacer la altruista labor. La obra fue iniciada por Anne Dice, quien conoció las citadas comunidades durante su servicio como voluntaria del Cuerpo de Paz. Regresó de nuevo al país, pero representando su iglesia San Peter, y con el apoyo del presidente de la asamblea Mario Almonte, quien identificó las necesidades, inició el proyecto que con el tiempo fue ganando adeptos de otras iglesias del citado estado norteamericano.

Con los más necesitados

“Al regresar le pregunté a Mario cómo podíamos ayudar a la comunidad, me dijo que en Loma necesitaban casas, fui a mi iglesia y pregunté si querían iniciar una misión de construir casitas y dijeron que sí y en el 2008 hicimos la primera. Es una llamada de Dios, nos sentimos muy bien porque estamos haciendo su llamado, no es una obra de Anne, ni del equipo de trabajo”, expresó Dice. Al entregar la casa a la familia formada por Bernarda Núñez y Wellington Peña, informó que cada voluntario tiene que luchar por conseguir fondos para la obra, con venta de café dominicano o larimar en sus respectivas iglesias, o haciendo otras actividades benéficas, y que costean sus vuelos, los materiales para hacer la casa, la comida, el transporte, un dinero de amor por cada casa donde se hospedan mientras hacen la labor.

Para Kevin Layton, quien inició como voluntario y ya ha venido en varias ocasiones liderando grupos de su iglesia, es un privilegio ser parte de la misión, ya que pueden ayudar a las familias a mejorar su vida. Al igual que él, otras personas como Janet Ingersoll Gregas y Paulette Harland, vienen con sus misiones en diferentes meses del año a sumarse para garantizar que más personas tengan un techo digno.

Mario Almonte, quien junto a Anne inició la obra, y actualmente está postrado en una cama por problemas medulares, dijo que Dios quería que él le sirviera a la comunidad. Agradeció a Anne por venir a propiciar la obra para que hoy cien familias se alberguen en su propia casa. Además de las casas, los voluntarios hacen significativos aportes a la comunidad de Los Cocos, donde se hospedan en casas de diferentes familias que los acogen, ya que los empleados y autobuses que utilizan para movilizarse son de Santiago.

También hacen sus aportes a la educación

La misión también hace su aporte a la educación, con la entrega de becas a niños y adolescentes para que estudien inglés en diferentes escuelas de Santiago. Actualmente tiene 34 becados y un total de 50 ya han terminado; pero para que más personas puedan estudiar se ha propuesto construir su propia escuela en Los Cocos de Jacagua, la cual iniciarán en el mes de junio.

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