“Toda una vida, estaría contigo…” parece cantarle el estado de desigualdad a las mujeres dominicanas. Esto lo constata el trabajo publicado por el Centro de Estudio del Género (CEG-INTEC) sobre las desigualdades entre mujeres y hombres en todos los ciclos de la vida. Desde la niñez hasta la adultez mayor, las mujeres son sometidas a condiciones de inequidad que les impiden el pleno ejercicio de sus derechos fundamentales. En el documento se recogen datos oficiales y de organismos internacionales sobre la situación de las mujeres en el país.

Aún existe una enorme brecha entre hombres y mujeres en distintos ámbitos de la vida social. Desde las primeras etapas de su vida, las niñas son víctimas de graves problemas como el abuso infantil, las uniones tempranas y el embarazo en adolescentes. Según el análisis del CEG-INTEC, el matrimonio infantil impide que las mujeres y las niñas tengan igualdad de oportunidades y las perpetúa en el ciclo de la pobreza. Se reitera el dato de que el 22.3% de los nacimientos entre el 2010-2015 fueron de madres entre los 15 a 19 años. La República Dominicana sigue colocada entre los países de la región con cifras negativas sobre calidad de vida de las niñas y adolescentes.

La pobreza en el país sigue teniendo rostro femenino, al ser las mujeres las más afectadas por la exclusión y la desigualdad social. Se estima en 6.35% la proporción de mujeres que viven en pobreza extrema a nivel nacional frente al 5.58% de hombres. En el ámbito laboral prevalecen las desigualdades, pues solo el 49.1% de las mujeres mayores de 15 años forman parte de la fuerza laboral, mientras que los hombres alcanzan el 75.9%. En el 2017 la tasa de desempleo ampliado para las mujeres fue de 22.7% y en los hombres de 10.7 %. Por otro lado, se estima que el ingreso promedio mensual de las mujeres trabajadoras equivale al 83.8% del recibido por los hombres.

“Vete de mí” le deben cantar las mujeres, y la sociedad en su conjunto, a ese estado de inequidad y de violación de los derechos fundamentales de la mitad de la población. Además de los desafíos planteados, enfrentar la violencia de género es una tarea que no puede esperar. Es inaceptable la estadística de más de 170 feminicidios por año en el país. En todo esto el Estado tiene la responsabilidad de comprometerse con políticas públicas que reviertan la situación de desigualdad de género. Más que discursos, se necesitan acciones dirigidas a proteger los derechos de las mujeres y a generar una mayor equidad de género.

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