8 de marzo: Día Internacional de las mujeres trabajadoras

En mi vida sindical he desempeñado cargos directivos a nivel de una organización de base, provincial, nacional, latinoamericana y mundial, en todos mis actividades encontré mujeres sindicalistas que han aportado mucho en la acción, organización y educación de los trabajadores en general, tanto en el campo como en la ciudad.

En mi vida sindical he desempeñado cargos directivos a nivel de una organización de base, provincial, nacional, latinoamericana y mundial, en todos mis actividades encontré mujeres sindicalistas que han aportado mucho en la acción, organización y educación de los trabajadores en general, tanto en el campo como en la ciudad.

Las mujeres trabajadoras dominicanas continúan en una situación difícil al llegar este 08 de marzo, Día Internacional de las Mujeres en el presente año 2018.

Los niveles salariales ya superan en proporción los ingresos de los hombres, todavía las mujeres son minoría en la cantidad total de trabajadores en una proporción 43.6% a 56.4, de los hombres, de acuerdo con las estadísticas más recientes de la Tesorería de la Seguridad Social.

De los 3,719,317 afiliados al sistema contributivo de la seguridad social dominicana, sólo 1,612,360 son mujeres, el resto son hombres.

Las mujeres trabajadoras dominicanas están ubicadas principalmente en el empleo en el sector privado 66%; sector público con un 20%, y en el servicio doméstico remunerado, un 14%.

El 8 de marzo es el Día Internacional de las Mujeres trabajadoras. Recuerda que con sus luchas han ganado espacio social, político y en la igualdad de género.

Las mujeres, en todas partes del mundo, luchan por los derechos de ambos sexos, son sensibles por la vida en general, abordan el tema del hambre, de la guerra, de la esclavitud y explotación de los niños.

Todas sus declaraciones abogan por una solidaridad claramente global e internacional. La mujer ha pasado a la historia del movimiento obrero como la madre de la Solidaridad, sin su capacidad de resistencia y de lucha no habría movimiento obrero.
El 8 de marzo ha ido cambiando de orientación a lo largo de los años desde sus orígenes.

El 8 de marzo de 1857, cientos de mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York organizaron una marcha en contra de los bajos salarios (Los salarios que recibían las mujeres eran inferiores en un 60 ó 70 % a lo que percibían los hombres) y las condiciones inhumanas de trabajo.

La Policía dispersó a las manifestantes, que dos años después crearon su primer sindicato. Desde aquel histórico 8 de marzo, la fecha ha sido un termómetro de la lucha de las mujeres por el reconocimiento en un mundo de hombres.

Uno de los acontecimientos mundialmente conocidos y realmente lamentable fue el sucedido en Nueva York por el año 1908 en la fábrica Cotton Textile Factory de Washington cuando un grupo de trabajadoras declararon una huelga en protesta por las insoportables condiciones de trabajo ocupando la fábrica. Sólo pedían tener el mismo salario que los hombres, descanso dominical, reducción a 10 horas la jornada, derecho a la lactancia y reducción de la jornada laboral. El dueño no aceptó la huelga, cerró las puertas de la fábrica y le prendió fuego… murieron 129 mujeres.

En 1909: Nueva York fue de nuevo testigo de las protestas de 15.000 mujeres trabajadoras. Bajo el lema “Pan y Rosas”, en el que el pan simbolizaba la seguridad económica y las rosas la calidad de vida, las mujeres extendieron sus protestas hacia el derecho al voto y el fin de la esclavitud infantil.

Otra versión justifica el origen del 8 de marzo en la segunda Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas en 1910 en Copenhague, Dinamarca. Allí, la alemana Clara Zetkin -integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección- demandó instituir el Día Internacional de la Mujer para reclamar los derechos políticos, civiles y económicos de todas las mujeres en el mundo. Zetkin propuso el día 8 de marzo.

En marzo de 1911, la muerte de más de 140 mujeres inmigrantes en un incendio en una fábrica en la ciudad de Boston, llevó a la introducción de importantes cambios en las regulaciones laborales.

El 8 de marzo de 1917 las mujeres trabajadoras y estudiantes de Petrogrado realizaron una huelga por pan y paz ante la muerte de 2 millones de rusos en la primera guerra mundial.

Esta manifestación, que para algunas historiadoras es considerada el detonante de la Revolución rusa, se realizó contrariando las órdenes de la dirigencia de la oposición zarista, renuente a convocar a una huelga de general en esa fecha por temor a una gran represión.

La Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, fue el primer acuerdo internacional para afirmar el principio de igualdad entre mujeres y hombres. Desde entonces, la ONU ha ayudado a crear un legado histórico de estrategias, normas, programas y objetivos acordados internacionalmente para mejorar la condición de las mujeres en todo el mundo.

Con los años, la ONU y sus organismos técnicos han promovido la participación de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres en el logro del desarrollo sostenible, la paz, la seguridad y el pleno respeto de los derechos humanos.

El empoderamiento de la mujer sigue siendo un elemento central de los esfuerzos de la Organización para hacer frente a los desafíos sociales, económicos y políticos en todo el mundo.

En el año 1976, las Naciones Unidas celebraron por primera vez el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

En 1995 la Declaración y la Plataforma de Beijing, China, es una hoja de ruta histórica firmada por 189 gobiernos hace 23 años, donde se estableció la agenda para la materialización de los derechos de las mujeres.

Las mujeres campesinas

Las mujeres trabajadoras rurales, son responsables de la mitad de la producción mundial de alimentos, producen entre el 60% y el 80% de los alimentos en la mayoría de los países del tercer mundo.

Las mujeres trabajadoras agrícolas siembran, aplican fertilizantes y plaguicidas, recolectan y trillan las cosechas. Ellas también trabajan en los cultivos secundarios, las legumbres y hortalizas.
Los conocimientos especializados de las mujeres en relación con los recursos genéticos aplicados a la agricultura y la alimentación hacen de ellas custodias esenciales de la diversidad biológica.

Pese a que las mujeres son las principales productoras y proveedoras de alimentos, continúan siendo asociadas “invisibles” en el desarrollo.

Las mujeres tienen conocimientos únicos sobre el valor de los recursos genéticos y su utilización para la agricultura y la alimentación.

En muchas zonas del mundo existe una creciente tendencia en la actualidad a lo que se ha dado en llamar la “feminización de la agricultura”. A medida que disminuye la participación de los hombres en la agricultura, el papel de la mujer en la producción agrícola se hace cada vez más dominante.

Varios estudios han mostrado que las mujeres que son cabeza de familia suelen ser más jóvenes y tener un nivel de educación más bajo que los cabeza de familia varones. Por lo general, tienen también menos tierra para trabajar e incluso menos capital y mano de obra agrícola adicional con que trabajarla.

Las mujeres han sido un ejemplo dentro del mundo del trabajo, y representan una fuerza determinando en los sistemas de seguridad social en todas partes del mundo, sea como trabajadoras, dependientes o en su función maternal.

En República Dominicana hemos tenido varias mujeres que se han destacado en el sindicalismo como son; Nélsida Marmolejos, Maritza Chireno, Rafaela Figueroa, Altagracia Jiménez, Minerva Magdaleno ,(Qepd) Daisy D’Oleo Montero, Ruth Medrano, Amarilis Danae, Eulogia Familia (Gina), Argentina Abreu, Delci Sosa, Francisca Peguero, Maribel Batista, Jesús María de Paula (Enriqueta), hija de Mamá Tingó, Silvana Suero, María Pérez, y otras destacadas mujeres que han sido dirigentes a nivel nacional, no por cuotas, sino liderazgo propio, por sus esfuerzos y sacrificios en favor de la clase trabajadora dominicana.

En nuestro país tenemos el ejemplo de Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó), que fue asesinada en Hato Viejo, Yamasá, el 1ro. de noviembre de 1974, en su defensa para que los campesinos sean propietarios de la tierra que trabajan.

Ella es ejemplo de la participación de las mujeres en el sindicalismo y en la lucha de todos los trabajadores, hombres y mujeres. ¡Vivan las mujeres trabajadoras!

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