Si la acumulación y mala disposición de la basura común representa un peligro para la salubridad de una comunidad, más peligrosos son aquellos desechos provenientes de hospitales, clínicas, laboratorios, centros odontológicos y otros establecimientos de salud que a diario producen una gran cantidad de residuos infecciosos.

En el país existe una normativa que busca reducir las enfermedades nosocomiales de los pacientes por el manejo deficiente de los desechos, así como las lesiones infecciosas que pudieran provocar los objetos punzo-cortantes y residuos patológicos al personal que maneja los residuos a nivel hospitalario, a los “buzos” que recuperan materiales de la basura y a la población en general.

Se trata del decreto 126-09, que aprueba el “Reglamento sobre los desechos y residuos generados por los centros de salud y afines” y la “Norma para la gestión integral de los desechos infecciosos”, dictada por el Ministerio de Medio Ambiente en el año 2012.

Liberación de microorganismos

Según el referido decreto, el Ministerio de Salud Pública deberá vigilar que en cada centro de salud sea conformado un Comité Ambiental de Higiene y Desechos Hospitalarios, que evite los posibles riesgos sanitarios generados por la mala disposición de los desechos y el retraso en los tiempos de transporte entre la fuente generadora, los sistemas de tratamiento y la disposición final, “ya que largos tiempos incrementa la posibilidad de proliferación de microorganismos patógenos”.

Esto es precisamente lo que ocurre en la mayoría de hospitales del Gran Santo Domingo y el resto del país, en donde la demora en la recogida de sus desechos genera grandes vertederos en su interior, tanto de la basura común, como de las bolsas rojas que contienen objetos corto- punzantes como jeringas, cultivos y muestras, desechos anatómicos infecciosos, sangre y productos derivados, residuos biosanitarios, material quirúrgico desechable, entre otros que pueden propagar agentes patógenos virulentos en el ambiente.

Es el caso del hospital infantil Santo Socorro, ubicado en el Ensanche La Fe, en el Distrito Nacional, en donde según empleados, los camiones recolectores del Ayuntamiento del Distrito Nacional, han tardado hasta un mes para recoger los desperdicios.

Durante una visita al centro el pasado jueves, elCaribe pudo comprobar el mal estado de las vías de acceso y la acumulación de basura que sobresale del depósito preparado para estos fines, lo que obliga al personal de mantenimiento a realizar labores de fumigación prácticamente a diario para evitar la proliferación de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue.

“Ellos antes venían dos veces a la semana pero ahora duran hasta un mes sin pasar, y vienen en un camión chiquito que no cabe nada. Lo último que dijeron es que para llevarse esa pila de basura había que darles dinero”, se quejó uno de los trabajadores mientras señalaba una pestilente montaña de basura, en donde asegura hay hasta ratas paridas.

El doctor Lucas Gómez, director de este centro infantil, confirmó que los retrasos les han obligado en ocasiones a solicitar la colaboración de brigadas del Ministerio de Obras Públicas.

Dijo que aunque el compromiso contraído por la municipalidad a través del Comité Administrativo Hospitalario, es brindar el servicio dos veces por semana, lo cierto es que van cada quince días.

En ese sentido, afirmó que están contemplando la posibilidad de contratar una compañía privada especializada en el retiro de desechos sólidos.

La acumulación de desechos infecciosos también fue visible en el depósito del hospital Salvador B. Gautier, ubicado en la calle 39 del Ensanche La Fe.

Violan normativa

Lo que ocurre en la mayoría de hospitales viola el artículo 28 del reglamento que establece que las áreas de almacenamiento de los residuos o desechos peligrosos infecciosos estarán ubicadas en zonas no inundables, techadas, de fácil acceso y que cuenten con muros de protección perimetral, con altura mínima de 0.20 metros, para contener posibles derrames.

El piso deberá tener una pendiente de 2%, en sentido contrario a la entrada, protegidos contra insectos, roedores y animales domésticos; estar conectada a un sistema de tratamiento de aguas residuales; tener una capacidad mínima de 5 veces el volumen promedio de residuos y desechos peligrosos generados en el centro de salud. Además, deberán estar revestidas con material liso impermeable y estar dotada de instalación de agua potable.

Residuos deben tratarse antes del vertido final

Estos residuos deben ser recogidos por personal especializado y transportados en vehículos especiales para recibir un tratamiento previo a ser depositados en el vertedero en celdas especiales o de seguridad, separados de los residuos normales. En el país existen algunas empresas que se dedican a estas labores. Una de ellas es AIDSA, que según la información reseñada en su página web cuenta con los permisos para el manejo, almacenaje y disposición final de desechos peligrosos y biomédicos. Cuentan con tres máquinas incineradoras con capacidad de destrucción de 12,000 libras diarias y dos autoclave para la esterilización de la basura internacional y materiales biomédicos.

Posted in Destacado, Edición Impresa, País, Panorama

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas