Ambas organizaciones controlan en conjunto acciones de Apple por 2.000 millones de dólares.
Las propuestas que presentaron a Apple incluyen: establecer una comisión de expertos que incluya a especialistas en desarrollo infantil; que la empresa ofrezca vasta información a los investigadores, y mejorar los programas informáticos de los dispositivos móviles para que los padres tengan más opciones a fin de proteger la salud de sus hijos.
La carta menciona diversos estudios y encuestas sobre cómo la constante utilización de los teléfonos inteligentes y las redes sociales afectan negativamente la salud mental y física de los menores. Los ejemplos incluyen distracciones en las aulas, una disminución en la capacidad de los estudiantes para concentrarse y un aumento del riesgo de suicidio y depresión.
La petición de los inversionistas refleja un aumento de las preocupaciones en el mundo sobre lo que serán las consecuencias a largo plazo de la utilización de dispositivos móviles y las redes sociales, en especial entre quienes comienzan a utilizar teléfonos inteligentes a corta edad.
Aunque las compañías tecnológicas no han reconocido abiertamente que sus dispositivos pueden ser adictivos, algunas personas relacionadas con Silicon Valley han comenzado a admitir que los aparatos, las aplicaciones para dispositivos móviles y las redes sociales fueron diseñados para causar adicción y hacer que los usuarios estén pegados a ellos el mayor tiempo posible.