“Saliendo de mi casa, a una cuadra, desde otro vehículo me dijeron todo tipo de oprobios”. “No bien me desperté cuando ya recibí la primera crítica de mi esposo”. “Llego al trabajo más motivada que nunca y mi jefe me recibe con una cara”. “Después de mucho tiempo nos reunimos un grupo de amigas de colegio y ¡cuántas cosas estériles en la conversación!”. Suelo decir en forma jocosa “no dejes que nadie te amargue el dulce”. Pareciere que nuestra vida la colocamos en manos de los demás, a quienes dejamos nos den el permiso para vivir en armonía con nosotros mismos. Las expresiones con las cuales inicio no son más que las repeticiones y afirmaciones diarias que los individuos expresan. A través de las redes sociales llegan, como nunca, mensajes concernientes a cambios positivos para una mejor convivencia y una mejor relación contigo mismo.

El ser humano es creado para vivir en comunidad, pero a la misma vez cada uno de nosotros es un universo afectado por el entorno que nos rodea. Ahora bien, lo más importante de todo es aprender a estar y vivir acorde con tus convicciones, paradigmas y expectativas, y la capacidad de aceptación propia. Quien soy, con defectos y virtudes, no debe depender de la forma en que me percibe el otro, sino que esté acorde conmigo mismo y lo que espero y puedo dar, hasta donde lo puedo dar. Los juicios y opiniones van a afectar o no, dependiendo de la forma en que tú lo asimiles. Por tanto, vas a estar a gusto con tu vida dependiendo de hasta dónde les dé permiso a los demás para que sean ellos quienes te afirmen y aporten lo que necesitas, y que solamente lo vas a poder encontrar en ti mismo, en el sentido de que, como dice una expresión popular: “Nadie piensa con cabeza ajena”.

Esto último, que todos hemos escuchado desde niños, no es más que entender que tu vida, la manera como la vives, y tus decisiones, va a depender de la forma de pensar que tienes sobre ti. Un insulto, un halago, una crítica van a ejercer el efecto dependiendo de tu percepción. ¿Que te han robado la alegría, la paz, tu sonrisa, agradecer?. No lo permitas.

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