Más apoyo, menos ataques

Desde hace varias semanas en la pelota invernal dominicana se ha incrementado el nivel de protesta hacia las decisiones de los árbitros. En ocasiones, lo hacen con actitudes inaceptables.
Eso no debe ser.

Desde hace varias semanas en la pelota invernal dominicana se ha incrementado el nivel de protesta hacia las decisiones de los árbitros. En ocasiones, lo hacen con actitudes inaceptables.
Eso no debe ser.

Los jueces dominicanos merecen más consideración y apoyo. El mensaje equivocado en el terreno de juego se transmite al público en las gradas y al que observa o lo sigue por cualquier otro medio. Los actores de cada partido están en la obligación de tomar eso en cuenta y evitar que se siga propagando.

Los gerentes, como jefes de los conjuntos, dirigentes y peloteros saben a la perfección que las reglas prohíben discutir bolas y strikes y ni hablar de la clase de espectáculos innecesarios que se han visto recientemente.

Y lo que veo peor, dudo mucho que en los Estados Unidos tomen esa postura muchos que hoy se ponen iracundos en un abrir y cerrar de ojos. Tengo mis reservas de que se enfurezcan a la mínima en el sistema minoritario y ni hablar de las Grandes Ligas.

¿No lo hacen allá, pero aquí sí? ¿Cuál es la excusa? ¿Porque tenga ojos verdes o un apellido anglosajón tiene inmunidad a los yerros? Hasta donde tengo entendido los errores se cometen en todos lados.

Estamos claros que hay que seguir mejorando, que la preparación tiene que incrementarse al igual que las exigencias en la evaluación. Pero eso es un proceso, con sistema y método, no un deseo de esos que se cumple con el simple hecho de frotar la botella y aparezca el famoso genio.

Es hora de pedir a los que se uniforman que se revistan de prudencia y disciplina porque el irrespeto afea el espectáculo. También estamos en un momento crítico de la campaña, probablemente uno nunca visto en la historia por lo cerrada que está la lucha por la clasificación y las pasiones desbordadas raras veces son buenas consejeras.

Hay que erradicar esa creencia de que tal strike que no me cantaron me costó el partido, cuando hay más motivos para la derrota.

Lo que pasa es que aquí cuesta reconocer al rival y es mejor mantener la creencia de que “si perdí fue por el árbitro y si gané, fue con todo y el árbitro”.
Paren ese absurdo.

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