No fue el final esperado. No fue el final deseado. Es más, no fue el final justo. Pero sí fue el final. Esta semana, el entrenador de los NY Giants pidió al mariscal regular de la organización desde el 21 de noviembre del 2004 que lo empezaría a sentar después de iniciar los partidos para darles tiempo de juego a jugadores más jóvenes. Manning, con una racha de 210 partidos de temporada regular consecutivos, decidió ir a la banca que seguir empezando partidos sólo para mantener la racha.

Manning, como todo ganador, juega el deporte no sólo por los números, sino por la oportunidad de tener el chance de conducir a su equipo a la victoria y ganar. Manning, conteniendo sus emociones, sobrepuso su dignidad sobre los números y los libros de historia. Termina su racha de partidos consecutivos en 210, dos más que su hermano mayor Peyton con Indianápolis, siendo la mayor entre jugadores activos y la segunda más larga sólo detrás de “Hombre de Hierro” de la NFL, el mariscal Brett Favre con Green Bay, NY Jets y Minnesota.

Recordando, el inicio de Eli con los Giants tampoco fue el ideal. Eli Manning, el universitario mejor valorado en el draft del 2004, fue seleccionado con la primera selección por los Chargers, pero fue inmediatamente cambiado a los Giants, ya que el mariscal de la Universidad de Ole Miss le dejó bien claro a San Diego que no quería ser parte de su organización. Entonces, va a NY y le toca sentarse atrás del hoy Salón de Fama del Football Americano, Kurt Warner. Warner era todo una súper estrella en aquel entonces, ya que fue el líder de aquella famosa ofensiva de los St. Louis Rams que llegaron a dos Super Bowl en 1999 y 2001, ganando el primero.

Entonces, Manning inició con los Giants sentado viendo a la estrella y finalizará sentado viendo a un novato. Recordamos la compostura de Eli al derrotar a los NE Patriots, favoritos por dos Touchdowns, en Arizona y acabar con los sueños de una temporada perfecta para Tom Brady, Randy Moss y Co. en la mayor sorpresa de la historia del Super Bowl. Lo mismo en el 2011 en Indianpolis, en “la casa que Peyton construyó”, donde Eli y los Giants volvieron a dejar a Tom Brady y los Patriots incrédulos en el terreno.

En fin, el Jugador Más Valioso de los Super Bowl del 2007 y 2011 puede haber terminado su paso por NY, pero siempre será un Giant.

Como dice el compositor argentino, Fito Páez: “Todo concluye al fin, nada puede escapar. Todo tiene un final, todo termina”.

Predicciones (20-13): Atlanta, Baltimore, Tennessee

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