Sorprende la creatividad y la inventiva de los jóvenes dominicanos que cultivan diferentes disciplinas artísticas, en este caso el género literario de la poesía, como lo hace el poeta y profesional del arte culinario Radel M. Montilla, higüeyano que de acuerdo con la editorial Santuario, se especializó en The Art Institute Of New York City, armonizando cocina y literatura con sabor y ritmo verdaderamente tropical. Habría que recordar que un camino parecido trilló la chilena Isabel Allende, con textos en prosa donde resaltaba lo que se entiende como la relación de la gastronomía con la sexualidad, síntesis de lo afrodisíaco.

El poemario está dividido en cinco capítulos, titulados Bebida, Aperitivo, Ensalada, Plato fuerte y Postre. Cada uno es introducido por un epígrafe, autoría del propio poeta y cocinero. “Has de beberte sorbo a sorbo mi persona, lo que soy, lo que doy, lo que hago y lo que me apasiona”; “Ligero para abrir el apetito al amor y las cosas inexplicables de la vida”; “Como la frialdad del desamor fundamentalmente agrio y salado”; “Es el verdadero amor la fuerza de la vida, lo que te complementa, una base elaborada en el mejor sabor que llevas por dentro”; “No obstante en el recorrido de tantos altibajos, casi siempre terminamos con el dulce en el paladar de la vida”.

Nacido en 1983, Montilla maneja el verso sencillo, muchas veces rimados sin renunciar a la metáfora repentista, a veces con expresiones de auténtica madurez psicológica. “Quien no ha sentido miedo/ no sabe lo que es vivir,/ se vive de riesgo en riesgo/ apostando aún sabiéndote perdedor,/ y no importa lo que se pierda,/ si sigues en pie de guerra”.

Contrario a los que encubren lo que ahora llaman su “preferencia sexual” por no ir ésta con el orden natural, el autor la revela con desenfado en su dedicatoria cuando habla de “mi compañero y esposo Josafat Escobar, ser humano paciente, amoroso…”

Posted in El Libro Vive

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