Ángel Yerony Infante tiene 18 años como empacador y suplidor de vegetales en el mercado y cada día trabaja para evolucionar mucho más. Es un empresario que siempre sabe lo que el cliente quiere y necesita, porque el tiempo se lo ha enseñado.

Está consciente de que la forma de negociar ha cambiado bastante, si se mira al pasado, y que el cliente y el consumidor son cada día más exigentes. Su padre falleció en el año 2007 y él debió quedarse al frente de la Distribuidora de Vegetales Valle de Constanza (Digevaco), la que poco a poco ha continuado elevando.

“He tenido que fajarme bien para demostrar a aquellos que fueron clientes de mi padre, que pueden continuar confiando en la empresa, sin que le fallemos”, comenta Infante, en una conversación con un equipo de elCaribe, que se trasladó a Constanza a conocer su establecimiento y otros más. El municipio de Constanza se caracteriza por tener gente laboriosa y no se requiere caminar mucho para encontrar un emprendedor de un lado y un emprendedor del otro. “Han visto que puedo hacerlo bien sin fallarles, porque las cosas han caminado sin problemas en tiempos de altas, como en tiempos de baja”, dice el emprendedor de 31 años.

A Yerony Infante hace varios años se le veía como un intermediario entre el productor e importantes negocios del país –incluidos una cadena de supermercados- porque lo que él hacía era comprar las cosechas a los productores para luego vender “pa’ lante”.

Pero Yerony pasó a ser más que eso, porque gracias a unas 450 tareas que adquirió, puede cultivar el 80% de lo que suple a los negocios. “Esas tierras las trabajo en etapas. Actualmente en actividad hay unas 135 tareas”, expresa.

En la medida que la demanda de sus clientes crece, entonces Yerony incrementa la oferta, poniendo más terreno a producir. El negocio de empacar y distribuir vegetales nunca está sujeto a la casualidad. Generalmente la venta está asegurada, especialmente cuando se trata del cliente más grande con que cuenta, explica el emprendedor, “Sé a quién o a quiénes voy a vender, antes de que el producto agrícola se siembre”, dice con orgullo.

La empresa de Yerony Infante está situada en la calle Antonio María García número 110, en Constanza, una zona agrícola por excelencia. Incluso, frente a la puerta principal del establecimiento hay fincas de variados rubros. No es raro que sea así. En República Dominicana, Constanza es un municipio respetado en materia agrícola. Algunos le llaman la zona encantada y otros el poderoso valle de Constanza.

Sus tierras paren brócoli, coliflor, lechuga repollada, pepino, tomate, fresa, zanahoria, hierbas aromáticas y ajíes de varios tipos, entre otros.

Constanza tiene un millón 200 mil metros de producción bajo techo (ambiente controlado o invernadero). Se calcula que en la Cooperativa Agropecuaria del Valle hay afiliados 245 productores y en la Unión Nacional de Productores Agrícolas 136 asociados. A una parte importante de ellos le compra Yerony Infante en algún momento.

Aunque el empresario tiene una amplia capacidad instalada a nivel de estructura y equipos, pocas veces hay frutos guardados por días. “La mercancía aquí se dispara rápido”, asegura. Eso significa que los productos entran y se despachan tan rápido como llegan. Infante tiene una relación de más de cinco años con empresarios de Puerto Rico a los que –aunque todavía no suple- está cerca de hacerlo, según informó.

Yerony Infante estudia Administrador de Empresas. Su negocio genera 48 empleos directos y otros indirectos. En la finca hay otra cantidad, que fluctúa en función de las labores que se realizan y las necesidades de mano de obra que surgen. “Hemos cambiado todos los parámetros de calidad. Antes teníamos condiciones de menos nivel”, rememora.

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