El legado apocalíptico de los cuatro

Lo que está en juego hoy en Venezuela no es el principio de autodeterminación de los pueblos, con los cuales los aliados del chavismo pretenden justificar el recrudecimiento de una dictadura militar que ha empobrecido a uno de los países más ricos en recursos naturales del planeta.

Lo que está en juego hoy en Venezuela no es el principio de autodeterminación de los pueblos, con los cuales los aliados del chavismo pretenden justificar el recrudecimiento de una dictadura militar que ha empobrecido a uno de los países más ricos en recursos naturales del planeta. En las difíciles circunstancias prevalecientes allí, tampoco hay espacio para un diálogo razonable, ni posibilidad alguna de solución mediante un proceso eleccionario, porque los resultados no serán reconocidos por la dictadura mientras les sigan siendo desfavorables.

Esta experiencia se ha estado viviendo, con un gobierno que encarcela a los líderes de oposición, inhabilita políticamente a sus adversarios, controla el poder judicial, despoja de toda atribución legal a un parlamento elegido por una mayoría abrumadora y promueve una constituyente fraudulenta para terminar de asumir el absoluto control de la vida de la nación. Resulta por tanto chocante que cuatro expresidentes, incluyendo a Leonel Fernández, pretendan desconocer esta cruda y dolorosa realidad fomentando un diálogo imposible que sólo tendría por propósito garantizarle al chavismo su permanencia en el poder.

La falta de autoridad moral de esos cuatro expresidentes (Fernández, Martín Torrijos, de Panamá; Rodríguez Zapatero, de España y Ernesto Samper, de Colombia) lo invalidan ante la comunidad democrática para cumplir con el papel que se han propuesto, a pedido y obviamente a favor del gobierno de Nicolás Maduro. Falta de autoridad que se sustenta en haber mirado hacia otro lado y guardar total silencio ante los atropellos cometidos por la dictadura militar contra las instituciones y el pueblo venezolano. Ninguno ha levantado su voz para condenar las violaciones a principios democráticos que los cuatro alegan defender. Y ese silencio quedará como un legado una vez la democracia se imponga en Venezuela.

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