Sangre: pruebas halladas en casa del padre Elvin

En la casa parroquial en donde vivía el sacerdote Elvin Taveras Durán acusado de la muerte del adolescente de 16 años Fernelis Carrión Saviñon, los investigadores de la Policía y los fiscales encontraron rastros de sangre en casi todo el interior de la residencia.

En la casa parroquial en donde vivía el sacerdote Elvin Taveras Durán acusado de la muerte del adolescente de 16 años Fernelis Carrión Saviñon, los investigadores de la Policía y los fiscales encontraron rastros de sangre en casi todo el interior de la residencia.

Durante un allanamiento en búsqueda de evidencias en la vivienda ubicada en la tranquila calle Padre Aulas, número 7 del residencial El Rosal, en Santo Domingo Este, las autoridades rociaron un compuesto químico llamado “Luminol”, que les permitió encontrar las evidencias de sangre sobre diferentes objetos, paredes y pisos de la sala, una habitación, el baño y las escaleras, según consta en los expedientes del Ministerio Público y la Policía Nacional a los que este diario tuvo acceso.

En la residencia parroquial “realizamos una inspección aplicando el compuesto químico Luminol, para detectar trazas de sangre en las escenas del crimen y apreciamos que el químico reaccionó en algunas áreas del piso y la pared, en una silla del comedor, en una cubeta blanca y otra verde que estaban en el baño, también en la pared que da acceso a la cocina de la vivienda…”, registra el documento.

De la casa del sacerdote también recolectaron cuatro toallas blancas; dos tenían diseños de flores, había una lisa y otra donde se lee “Cabañas Expreso Oriental”, el mismo nombre que lleva un motel ubicado a seis kilómetros del residencial en donde vivía el sacerdote.

También se detectó muestras de sangre dentro del baúl del carro marca Nissan Sentra, rojo, placa A549344, propiedad del párroco suspendido.

De acuerdo con las pruebas y testimonios que lograron recolectar las autoridades, los hechos sucedieron de la siguiente manera: un taxista a quien le dicen “El Cojo” y que era vecino de Fernelis, lo trasladó hacia la casa del sacerdote, eran cerca de las 10:45 de la mañana cuando el religioso recibió al joven en el portón de su casa.

Supuestamente el adolescente tenía en su celular dos videos teniendo sexo con el sacerdote, también algunas fotografías. El sacerdote le prometió la suma de RD$180,000 al joven para que borrara el material, pero cuando lo hizo, solo le entregó RD$4,000. Por ese motivo, plantea la investigación, se originó una discusión acalorada y luego un forcejeo.

Supuestamente, el padre Elvin Taveras tomó un martillo que tenía en su habitación y golpeó a Fernelis en la cabeza dejándolo aturdido. Luego tomó un arma blanca con la que le produjo varias heridas, entre ellas el degollamiento. Introdujo el cuerpo en su carro y lo llevó a un solar baldío en la carretera Guerra-Bayaguana, donde abandonó el cuerpo, todo esto de acuerdo a lo establecido en los expedientes.

Hallazgo del cuerpo

Cuando comenzó a caer la noche del viernes 4 de agosto, precisamente a las 6:50 de la tarde, investigadores de homicidios de la Policía se trasladaron a la carretera Guerra-Bayaguana para levantar un cadáver, que en ese momento no habían identificado.

El cuerpo tenía un pantalón negro y un t-shirt del mismo color. Estaba descalzo, atado de pies y manos con cordones de calzados. En la cabeza tenía una funda negra amordazado con cinta adhesiva. El cadáver presentaba una gran herida en el cuello y varias heridas punzantes en la espalda. Según los investigadores, el sacerdote Elvin Taveras Durán confesó haber cometido el crimen.

Ayer le dieron coerción al párroco. Tanto los abogados como los parientes de la víctima se mostraron de acuerdo con la medida, aunque manifestaron que hubieran querido que mandaran al sacerdote a otra correccional.

El abogado de la parte civil, Benito Medina, dijo que al sacerdote se le imputa haber violado los artículos 295, 297, 298 del Código Penal dominicano que tipifican el asesinato.

Un año de coerción en Najayo-hombres

Taveras Durán fue enviado ayer a la cárcel de Najayo-Hombres, donde cumplirá un año de prisión preventiva que le impuso el juez de la Oficina de Atención Permanente de la provincia Santo Domingo, el magistrado Julio Aybar. El abogado Miguel Liria se presentó como el defensor del sacerdote suspendido y reveló que el Arzobispado de Santo Domingo fue quien lo contrató.

La fiscal titular de la provincia Santo Domingo, Olga Diná Llaverías, dijo que el Ministerio Público obtuvo elementos suficientes que le permitieron lograr la coerción. Expresó que trabajarán con empeño para demostrar en juicio de fondo la responsabilidad penal del imputado y las circunstancias en que fue cometido el asesinato.

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