La política norteamericana en el Caribe. Barack Obama. El primer presidente negro

Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance. Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos,…

Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance. Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta.

Estos son indicadores de una crisis, sujetos a datos y estadísticas. Menos fácil de medir pero no menos profunda es la destrucción de la confianza en todo nuestro territorio, un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y la próxima generación tiene que rebajar sus miras. Hoy os digo que los problemas que nos aguardan son reales. Son graves y son numerosos. No será fácil resolverlos, ni podrá hacerse en poco tiempo. Pero debes tener clara una cosa, América: los resolveremos.

En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falso que haya que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, elaboraron una carta que garantizase el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha perfeccionado con la sangre de generaciones. Esos ideales siguen iluminando el mundo, y no vamos a renunciar a ellos por conveniencia. Por eso, a todos los demás pueblos y gobiernos que hoy nos contemplan, desde las mayores capitales hasta la pequeña aldea en la que nació mi padre, os digo: sabed que Estados Unidos es amigo de todas las naciones y todos los hombres, mujeres y niños que buscan paz y dignidad, y que estamos dispuestos a asumir de nuevo el liderazgo.

Recordemos que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y el comunismo no sólo con misiles y carros de combate, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas. Comprendieron que nuestro poder no puede protegernos por sí solo, ni nos da derecho a hacer lo que queramos. Al contrario, sabían que nuestro poder crece mediante su uso prudente; nuestra seguridad nace de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y la moderación que deriva de la humildad y la contención.

(…)

Al mundo musulmán: buscamos un nuevo camino hacia adelante, basado en intereses mutuos y mutuo respeto. A esos líderes de todo el mundo que pretenden sembrar el conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente: sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que seáis capaces de construir, no por lo que destruyáis. A quienes se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y acallando a los que disienten, tened claro que la historia no está de vuestra parte; pero estamos dispuestos a tender la mano si vosotros abrís el puño.

A los habitantes de los países pobres: nos comprometemos a trabajar a vuestro lado para conseguir que vuestras granjas florezcan y que fluyan aguas potables; para dar de comer a los cuerpos desnutridos y saciar las mentes sedientas. Y a esas naciones que, como la nuestra, disfrutan de una relativa riqueza, les decimos que no podemos seguir mostrando indiferencia ante el sufrimiento que existe más allá de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos mundiales sin tener en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él.
(…)
En un momento en el que el resultado de nuestra revolución era completamente incierto, el padre de nuestra nación ordenó que leyeran estas palabras:

“Que se cuente al mundo futuro… que en el más profundo invierno, cuando no podía sobrevivir nada más que la esperanza y la virtud… la ciudad y el campo, alarmados ante el peligro común, se apresuraron a hacerle frente”.

América. Ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras dificultades, recordemos estas palabras eternas. Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más las corrientes heladas y soportemos las tormentas que puedan venir. Que los hijos de nuestros hijos puedan decir que, cuando se nos puso a prueba, nos negamos a permitir que se interrumpiera este viaje, no nos dimos la vuelta ni flaqueamos; y que, con la mirada puesta en el horizonte y la gracia de Dios con nosotros, seguimos llevando hacia adelante el gran don de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones futuras.
Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

Barack Hussein Obama, nació en Honolulu, Hawái, el 4 de agosto de 1961. Graduado de derecho en la Universidad de Columbia y en la prestigiosa escuela de Derecho Harvard Law School, tiene una formación envidiable. Fue profesor de derecho constitucional en la facultad de Derecho de la Universidad de Chicago desde 1992 hasta 2004. El ambicioso Obama, pasó de senador poco experimentado a presidente de los Estados Unidos.

Fue el 44º presidente de los Estados Unidos de América. En su primer período tomó posesión el 20 de enero de 2009 y pudo reelegirse en 2013, gracias a su carisma. Antes de asumir la presidencia, fue senador por el estado de Illinois desde el 3 de enero de 2005, teniendo que renunciar por haber por haber ganado el escrutinio a la presidencia. Una carrera fulminante. Impensable e impresionante, pues sin haber finalizado un período como senador, se presentó en las primarias del Partido Demócrata, obteniendo la victoria por encima de Hillary Clinton que se perfilaba como la ganadora.

Heredó un país en una situación difícil. Primero la crisis económica y en segundo lugar el tema del terrorismo. Por esta razón, desde que asumió la presidencia impulsó políticas económicas y promovió importantes leyes que permitirían la recuperación, a saber: la Ley de Reinversión y Recuperación de 2009 y la Ley de Creación de Empleo y Reautorización del Seguro de Desempleo de 2010. Una de sus grandes batallas fue el conocido Obama Care, que tantos disgustos ha provocado a los republicanos, especialmente al presidente actual.

En política internacional, tuvo que mantener, pues no tenía otra alternativa, el discurso antiterrorista. Pero tuvo en su haber, a diferencia de su predecesor, que logró acabar con la guerra de Irak. También incrementó la presencia de tropas norteamericanas en Afganistán. Otra medida importante fue la firma del nuevo tratado START III de control de armas con Rusia, y finalmente ordenó la intervención militar estadounidense en el conflicto libio. Otro de sus grandes éxitos en esa materia fue el anuncio de la muerte de Osama Bin Laden, después de haber aprobado una cuidadosa y novedosa operación militar.

Estaba claro que la política internacional de la administración Obama estaba pensada y dirigida hacia el Medio Oriente. Intentó acercase a los gobiernos árabes; intentó acercase pero no lo logró, al gobierno de Irán. Y aunque intentó ganarse a los árabes e iraníes, Obama entendió que su aliado era Israel. Por esta razón, aumentó la cooperación militar a este país judío, incluyendo uno de los mayores números de tropas en el país, aumentando la ayuda militar, y restableciendo diversos grupos políticos y militares israelíes. Contradictoriamente, a pesar de su visión guerrerista, fue elegido Premio Nobel de la Paz en el año 2009.

Aunque el Caribe no estaba en el pensamiento de Obama, no menos cierto es que bajo se gestión se restablecieron las relaciones diplomáticas con Cuba, un país vetado y vedado en Estados Unidos. El 17 de diciembre de 2014 fue un día histórico. Fue el día en que un presidente norteamericano visitaba Cuba después de enero de 1959.

Obama finalizó su mandato con una estela de aprobación y simpatía a nivel mundial. Finalizó su mandato como uno de los presidentes norteamericanos con mayor índice de aprobación y de simpatía. Nos vemos en la próxima en la cual finalizaremos esta serie.

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