José Antonio Molina “Me he querido bautizar como un apasionado de la inclusión”

José Antonio Molina nació en un hogar en el que la música es el pan de cada día, siendo ésta, más que su pasión, la sangre que corre por sus venas. Como director sinfónico, el hijo de Papa Molina y Josefina Miniño ha adoptado como su misión&#823

José Antonio Molina nació en un hogar en el que la música es el pan de cada día, siendo ésta, más que su pasión, la sangre que corre por sus venas. Como director sinfónico, el hijo de Papa Molina y Josefina Miniño ha adoptado como su misión principal la de leer la realidad dominicana y eliminar los tabúes existentes en torno a la música, en especial en la clásica, la cual asegura sigue siendo una especie de “privilegio inalcanzable” para la mayoría de la población nacional. “Yo he querido romper eso; me he querido bautizar como un apasionado de la inclusión, un hombre que ha emprendido una cruzada para que la música clásica deje de ser para una élite, para un grupo, sino que sea para un público masivo”, expresó durante una conversación con el periódico elCaribe.

Director desde el 2009 de la Orquesta Sinfónica Nacional, una de las compañías de Bellas Artes, Molina explicó que la música clásica no debe ser un privilegio de un público, ya que, en ocasiones, algunos sectores de la sociedad dominicana han estado tradicionalmente excluidos de acceso a este tipo de música, y “lo ven como un privilegio de un grupo al cual ellos nunca podrán llegar”.

“En consenso con la Fundación Sinfonía decidimos que ya es momento de ponerle fin a esa barrera que hay, que se entendía que la música clásica solamente es para un grupo de gente de alta sociedad que puede llegar al teatro y pagar un boleto, gente que la connota con Semana Santa y música de muertos… eso es ignorancia”, agregó el también compositor. Sin embargo, consideró que en los últimos años el público ha crecido enormemente, sobre todo el segmento joven, gracias a iniciativas que se llevan a diferentes puntos de la República Dominicana para romper con la barrera de divulgación y promoción de la música sinfónica a niveles masivos.

Pide reforma curricular

El director musical abogó por la creación de una reforma curricular donde ésta sea parte de la formación integral. Molina, quien se inició profesionalmente en la música a los 24 años, siempre ha considerado la música clásica como una herramienta sociocultural de alta importancia, que no se ha explotado en su justa dimensión. “Está demostrado científicamente que el cultivar la música clásica hace mejores seres humanos, porque desarrollan valores como el espíritu de concertación, disciplina, responsabilidad. En la medida que la música sinfónica se consuma en volúmenes más importantes, pienso que tendremos una mejor sociedad, ya que un joven amarrado a la cultura y a la buena música tiene la capacidad de transformar, sanar y hacer cosas mágicas”, aseguró.

Orquesta Sinfónica: La compañía

La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) fue creada en el 1941. Actualmente cuenta con 76 miembros, que van desde los 16 a los 70 años, aproximadamente.

“La orquesta, yo pienso, y lo digo como una persona a la distancia, está sencillamente en su mejor momento artístico, a mi juicio, y al de maestros que me honran con sus elogios como Julio Dewind… Por consenso, la orquesta vive un momento hermoso. Tenemos, por primera vez, nuestra sala de ensayos, estamos haciendo temporadas con obras cargadas de grandes dificultades que anteriormente parecían grandes esfuerzos que requerían cantidad de ensayos; hoy en día, las hacemos cotidianamente, con una dignidad impresionante”, indicó.
El director Molina aseguró que la orquesta ha sido transformada y que actualmente se encuentra en uno de sus mejores momentos en cuanto al trabajo sistemático, nivel de exigencia, entrega y virtuosidad de cada miembro que la compone bajo su mandato. Con aproximadamente 20 eventos al año, incluyendo temporadas, galas y conciertos educativos, Molina explicó que la OSN tiene una cuota de jóvenes, probablemente, en volúmenes más grande que en el pasado. “Eso me llena de mucho orgullo, porque mientras estoy perfeccionando la orquesta de hoy, estoy formando la del mañana. Tengo también dos jóvenes directores, Santi Rodríguez y Guillermo Mota, que tienen una oportunidad privilegiada porque siento que se la merecen”, agregó.

Para pertenecer a la Orquesta Sinfónica, el principal requisito es tener un alto nivel de especialización, sin embargo, se requiere de una plaza dentro de la misma para que se convoque a audiciones y lograr entrar. El maestro resaltó que durante su dirección se le ha dado trascendencia a la capacitación de los jóvenes y buenas oportunidades.

Explanada del Congreso Nacional

Para este año, la OSN realizará la “Temporada Sinfónica”, del 9 de agosto al 18 de noviembre. Iniciará con la participación de los ganadores en la competencia Santander, una de las más importantes del mundo en cuanto a piano, según consideró Molina. Mientras tanto, está dedicando estos primeros meses a conciertos educativos y de apreciación musical. Este sábado, el Congreso Nacional y el Patronato del Centro de los Héroes, integrado por las instituciones que convergen en el entorno, realizarán un concierto de gala con la Orquesta Sinfónica Nacional. El evento es en conmemoración del bicentenario del nacimiento de los fundadores de la Patria, Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, y como regalo a las madres dominicanas en su día. l

“La música que va a perdurar es la buena”

El director musical José Antonio Molina consideró que todos los tiempos y sociedades tienen todo tipo de música a pesar de que “los músicos” aspiran a que no exista división entre la popular y la clásica, sino que prime la esencia y el espíritu de la buena música.

“La música que va a perdurar es la música buena. Es la que se hace con criterio, con calidad, la que trasciende generaciones, sobre todo. La música buena, sea clásica o popular, trasciende generaciones y, al cabo de los años, solo va a quedar lo que realmente tenía un valor”, planteó el compositor.

Festival

El Festival Musical de Santo Domingo finalizó el miércoles en el Teatro Nacional con la Novena Sinfonía de Beethoven, bajo la dirección de José Antonio Molina.

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