Una dominicana de La Victoria celebra 117 años de edad

Santo Domingo Norte. En la comunidad El Reventón del distrito municipal de La Victoria, a unos doce kilómetros de la comunidad de Villa Mella, vive doña Natividad Martínez de la Cruz, quien quizás sea la anciana más longeva del mundo.

Santo Domingo Norte. En la comunidad El Reventón del distrito municipal de La Victoria, a unos doce kilómetros de la comunidad de Villa Mella, vive doña Natividad Martínez de la Cruz, quien quizás sea la anciana más longeva del mundo. En la citada comunidad dirigentes comunitarios de la zona decidieron acompañarle junto a sus familiares para compartir con doña Natividad por el motivo de la celebración el pasado día cuatro de enero su cumpleaños número 117.

Sentada en una silla plástica en el patio de la casa donde vive con Cipriana, su hija menor, mientras desgranaba unos guandules que servirían para la comida del día siguiente, la anciana cuenta que le gusta mantenerse activa y sentirse productiva. Manifiesta que vive en constante “pleito” con su hija menor, porque la misma casi no la deja hacer nada.

“Lo único que hago aquí es barrer el patio de vez en cuando, caminar dentro de la casa y pelear con los muchachos, a los cuales a veces les hablo y no me quieren poner asunto”, detalla doña Natividad mientras continuaba en su jornada de desgranar guandules sentada en su silla plástica. Enfatiza que se levanta todos los días a más tardar a las seis de la mañana, lo que aprovecha para iniciar su jornada de barrer un amplio patio de su humilde vivienda.

Natividad asegura que aunque su hija cuela muy bien el café, le gustaría hacerlo ella, pero es impedida por Cipriana. Mostrando una mente muy lúcida, doña Natividad nos aclaró que nació el cuatro de enero de 1900. Recuerda de su juventud, que no le gustaban los bailes, a pesar de que su padrastro era músico. Resalta que nunca se comportó como una niña y que las personas le decían que mostraba una edad avanzada ante los jóvenes de su generación.
Detalla que a muy temprana edad se casó con otro joven de nombre Gregorio Silverio, a quien cariñosamente llamaba “Gollito”, con quien procreó cinco hijos. Tiene unos 40 nietos y dijo que no recuerda cuantos tataranietos y demás familiares tiene”. 

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