Patria Rivas: “Estos 50 años han sido de muchos triunfos y de muchas caídas”

Patria Mercedes Rivas quería ser doctora en Medicina, pero para estudiar esa profesión, no podía trabajar, solo debía dedicarse a los estudios, algo que en ese entonces le era imposible, ya que tenía que ganar su sustento. Es en ese tiempo, cuando&#8

Patria Mercedes Rivas quería ser doctora en Medicina, pero para estudiar esa profesión, no podía trabajar, solo debía dedicarse a los estudios, algo que en ese entonces le era imposible, ya que tenía que ganar su sustento. Es en ese tiempo, cuando la UASD inaugura la carrera de Bioanálisis, la cual duraba dos años, en sus inicios.Tan pronto se enteró que tenía la opción de realizar una profesión que le permitía estar vinculada a las ciencias de la salud, se entusiasmó. No había nada que pensar.

Conforme fueron pasando los meses, se fue ampliando el pénsum y ella continuó hasta completar los tres ciclos de la carrera.

Cinco años más tarde, recibió su título de bioanalista y comenzó a ejercer su profesión.

Unos años más tarde nace el Laboratorio Patria Rivas, el cual acaba de arribar a sus 50 años.

Cinco décadas que define como de mucho sacrificio, de triunfos, de muchas caídas, pero también de mucha fortaleza para volver a levantarse.

A lo largo de estos años, su mayor preocupación es mantener a su personal y a su laboratorio a la vanguardia, en capacidad y tecnología.

En el lado humano, le preocupa la paternidad irresponsable, le preocupa que un padre se haga cargo de un hijo que en realidad es de otro y que el verdadero padre se niegue a dar soporte a su hijo porque sospecha que no es de él.

Es ésta una de las razones por las cuales se han empleado a fondo en desarrollar y promover en el país la técnica del ADN, cuyas pruebas son más económicas cuando son solicitadas por el Ministerio Público.

Es por esta misma razón que ha ofrecido su apoyo total al Proyecto de Paternidad Responsable impulsado por el doctor José Manuel Hernández Peguero y que se encuentra en el Congreso de la República.

Se siente feliz y agradecida, y afirma que vive una época de más tranquilidad, descansando en su personal, en especial en su hija, lo que afirma “es justo después de tanto batallar”.

1. De Dajabón

Soy de la provincia de Dajabón. Mis padres murieron hace muchos años. Soy la menor de siete hermanos, ya mis hermanos, la mayoría, han muerto y los que quedan ya tienen edades muy avanzadas. Mis padres fueron Ramón María Estévez y Ana Mercedes Rivas. Los dos eran de Dajabón. Mi madre era un apersona muy religiosa, de costumbres muy buenas, de buena formación. Tenía una formación doméstica muy valiosa. Siempre digo que mi mama fue mi soporte, porque siempre encontré en ella buenos consejos y eso influyó mucho en mi formación personal y profesional.

2. La vida en familia

Era una linda época. Yo digo que una de las cosas que yo he disfrutado más es la vida en familia. Es muy hermoso convivir con los hermanos. La vida de familia es muy agradable. La comunicación es muy importante. Vinimos a la capital por parte. Vinieron unos primero y otros después. Los que vinieron primero trajeron a los demás. Vivía en la capital desde antes de empezar el bachillerato.

3. Infancia

Mi vida infantil fue bastante buena. Esos eran los tiempos de las muñecas, ahora he visto que las muñecas se han ido extinguiendo. Las nietas mías no juegan tanto con muñecas. Ahora tienen gustos más tecnológicos, desde que nacen tienen esos gustos. Era una niña muy tranquila y tenía como un orgullo de que no me corrigieran y que no me dieran una pela.

4. Bajo perfil

Ni en la escuela, ni en la universidad, nunca fui una estudiante sobresaliente. Fui más bien una estudiante de bajo perfil. Y a pesar de eso, pude descollar en la profesión. Eso es para que veas que el ser sistemático, tener metas claras, eso hace que uno pueda lograr sus metas. En realidad quería estudiar Medicina, porque yo estaba en la capital desde antes de los 15 años, pero esa profesión exigía mucho tiempo. Entonces en ese tiempo abrieron en la universidad la carrera de Bioanálisis, y solo duraba dos años, por eso me decidí a estudiar Bioanálisis. Hice los dos años, después aumentaron el pensum a cinco años. Es decir, que yo tengo los tres grados. Cuando me matriculé en la universidad éramos como 30 estudiantes, de los cuales, una gran mayoría terminó.

5. Otros tiempos

La carrera ha cambiado mucho. Cuando yo estudié y me gradué era completamente diferente a lo que es actualmente, porque la mayor parte del laboratorio es informática.

Es muy diferente trabajar laboratorio actualmente a como nosotros lo trabajamos en nuestros inicios, que era manual.

6. El laboratorio

El laboratorio nace de la siguiente manera: yo trabajé con el doctor José de Jesús Álvarez Perelló, como asistente de él en la Secretaría de Salud Pública, hoy Ministerio de Salud. Entonces, él hizo lo que hoy llaman un post grado en la universidad y después que yo hice también ese post grado, él me invito a trabajar con él en Salud Pública. Me fui a trabajar a Salud Pública, trabajaba como su asistente y también en su laboratorio privado. Entonces, al tener él que dejar el laboratorio privado, por sus funciones en Salud Pública, me lo dejo a mí. Eso fue en el año 65. Ese fue el inicio del Laboratorio Patria Rivas. Que ya arribó a sus 50 años.

7. Cinco décadas

Estos 50 años han sido de muchos triunfos y de muchas caídas, y de saberme levantar. He aprendido a tener el valor de levantarme ante las caídas que me ha ido presentando la vida y tener como meta dotar a mis laboratorios de tecnología de punta. Siempre he querido tener en mis laboratorios lo último de la tecnología y tener un personal de primera. Nosotros tenemos un departamento de enseñanza y a todas las bioanalistas se les da entrenamiento constante, más de trescientas horas al mes, porque si el personal está preparado, puede manejar la tecnología de punta. Esos son los dos aspectos que nunca he podido descuidar. Estos cincuenta años los definiría como un tiempo de mucho esfuerzo, de mucha dedicación.

8. Dificultades

Es muy difícil mantenerse a la vanguardia. Es difícil tener un personal actualizado. Todo eso cuesta, implica mucha dedicación y tener muy claro, como lo tengo, la importancia de invertir en el laboratorio. Siempre he tenido el apoyo de mi familia para realizar mi trabajo. Sin embargo, no he tenido esa experiencia de situaciones difíciles que yo no haya podido enfrentar.

9. La familia

En el debido tiempo, me casé, me divorcié y tuve dos hijos. Néstor, que es abogado, y Vilma, licenciada en Bioanálisis. Ella me acompaña en el laboratorio y es la que ha desarrollado la tecnología de ADN. Ahora mismo ella está desarrollando unas investigaciones, para las cuales seleccionaron dos laboratorios de América Latina, y uno fue el de nosotros. En ese sentido me siento muy contenta, porque ella ha avanzado bastante. Si bien es cierto que introdujimos las pruebas de ADN al país, ya antes del ADN se hacían otras pruebas para paternidad, por eso tenemos tantos años haciendo pruebas de paternidad, porque hemos usado las diferentes metodologías que se han venido utilizando, inclusive primero que muchos países de América Latina.

10. La jefa

Aquí soy la jefa y la jefa es la jefa. Aquí tengo 11 coordinadores que coordinan las diferentes áreas del laboratorio, y lo primero que les digo es que no deben llevar problemas, sino soluciones a problemas. Les doy la libertad de que ellos resuelvan los problemas de cada área que se les van presentando. Yo me siento muy feliz y digo que esta posición de ahora es más cómoda que la que yo tenía antes. Es cómoda porque aparte de que tengo menos responsabilidad, contamos con más medios económicos para resolver los problemas, porque antes estaban los problemas y la economía un poco débil.

Ahora las cosas han cambiado. Llego al trabajo cerca de las diez de la mañana, descanso al mediodía, regreso como a las tres, a veces no regreso en la tarde. Es decir, que ya yo llevo una vida más calmada, después de tanto batallar. 

Expansión, metas y preocupaciones

 “En 20 años tenemos 24 laboratorios y más de 200 empleados. Esa es otra de mis grandes satisfacciones, poder darles trabajo a tantas personas. Eso me llena muchísimo, cuando veo que uno contribuye a darles trabajo a tantas personas. Esa es una de mis grandes satisfacciones. La primera sucursal estaba bien lejos, en la Carretera Mella. Lo que me estimuló a seguir abriendo sucursales fue la necesidad de dar el servicio, porque en el momento actual los pacientes requieren de laboratorios que estén cerca de su entorno. Los pacientes ya no se desplazan en busca de los servicios, sino que ellos requieren que los servicios vayan a ellos. Eso ha obligado a abrir más sucursales. Aspiro a tener una mayor plataforma. Nosotros tenemos una buena plataforma, pero necesitamos mayor cobertura para esa plataforma que es tan completa en el laboratorio.

Hablando de forma muy honesta, es muy completa la plataforma que tenemos para ejercer el laboratorio clínico en la República Dominicana, pero necesitamos más cobertura, de ahí que estamos abriendo más sucursales. Estoy apoyando el proyecto de la paternidad responsable que presentó en el Congreso el doctor José Manuel Hernández Peguero, porque yo he vivido en carne propia el hecho de que un hombre no quiera reconocer un niño porque cree que no es de él y no tiene dinero para pagar la prueba. Lo que significa que se condena a una persona a espaldas de la ciencia, porque haciéndose una prueba de ADN ya él asume su responsabilidad frente a ese menor. No es lo mismo mantener a un niño del cual tienes dudas, a uno que sabes que es tuyo”.

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