Hasta hace poco la sardina era considerada un tipo de pescado que solo consumían las personas de escasos recursos económicos, incluso quienes la tenían incluida en su dieta negaban que gustaban de ella.Hoy la visión sobre este pescado ha cambiado. Incluso, los nutricionistas aconsejan incluirlo en la dieta pues los beneficios que ofrece a la salud son muchos. Así, los chefs se han encargado de preparar con sardinas diversos platos, que hoy son considerados gourmet.
La sardina es un pescado que, aunque contiene una cantidad algo mayor de calorías que otras opciones, es un alimento saludable que no debería faltar en ninguna dieta equilibrada. Destaca sobre todo por su alto contenido en proteínas y minerales, entre los que sobresalen especialmente nutrientes como el fósforo, el hierro y el sodio. Es rica en ácidos grasos insaturados omega 3, es útil para reducir los niveles de colesterol y los triglicéridos altos, disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y ayuda a aumentar la fluidez de la sangre, lo que evita el riesgo de padecer trombosis y ateroesclerosis.
Entre las vitaminas se encuentran algunas del grupo B como la B12, B1 o Niacina, que permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas). Intervienen en numerosos procesos de gran importancia como la formación de glóbulos rojos, la síntesis de material genético, la producción de hormonas sexuales, etc.
Aunque puedes comprar las sardinas en lata, muchas personas prefieren las sardinas frescas. Hay varias maneras de prepararlas: a la marinara, fritas, con vegetales…. las opciones son diversas. Para acompañarlas, el pan tostado, casabe o tostones son una opción deliciosa.
