Actualmente se valora mucho la asertividad, vista como la capacidad del individuo para expresarse en correspondencia con sentimientos o creencias.Está vinculada a la salud emocional y las personas deben promoverla en sus vidas; pero la sociedad no está concebida para que seamos asertivos.

Más bien las personas son permanentemente condicionadas a tragarse los sentimientos, aceptar y mimetizarse con el ambiente. Así, personalidades asertivas son estigmatizadas como “conflictivas”. Pese a su naturaleza socialmente complicada, la asertividad es un valor esencial de la dignidad humana.

Afianza la concordancia entre lo que creemos o sentimos y lo que nos es exigido, básico para autodefender nuestros derechos personales.
Claudia Fernández Lerebours
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Periodista

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